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¿Sabías qué practicar de forma regular ejercicio físico como salir a correr o montar en bicicleta durante media hora tres días a la semana mejora los síntomas de la depresión y, además, ayuda a prevenirla? Así lo demuestran numerosos estudios científicos y por eso muchos profesionales del ámbito de la salud mental recomiendan el ejercicio como parte del tratamiento de la depresión.

La depresión es un trastorno mental que se caracteriza por un estado de ánimo bajo, la pérdida de intereses o de la capacidad para disfrutar de las cosas que antes producían placer, sentimientos de culpa, la falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. La depresión puede ser aguda, aunque, en ocasiones, puede convertirse en crónica o sufrirla de forma recurrente; en estos casos, el trastorno dificulta las actividades cotidianas, afecta al trabajo o la vida escolar.

Las personas que sufren depresión a menudo se sienten con bajo estado de ánimo y carecen de la energía para afrontar las actividades de la vida cotidiana, lo que hace que tiendan a estar más inactivas y aisladas. Evitar el sedentarismo y realizar ejercicio físico es muy importante en caso de sufrir depresión por los múltiples efectos positivos sobre la salud: contribuye al bienestar físico y psicológico y ayuda a mejorar los síntomas de la depresión.

Hacer ejercicio regularmente, ayuda a salir de casa y distraerse, a sentirse mejor con uno mismo, facilita conocer a gente nueva y repercute positivamente en la autoestima. Además, practicar actividad física de forma regular también tiene efectos sobre el organismo, ya que aumenta la capacidad respiratoria, ayuda a mantener el peso adecuado ya combatir el estrés y la ansiedad.

Si una persona de tu entorno sufre depresión o también si es tu caso, puedes invitarla a realizar ejercicio de forma planificada, repetitiva e intencionada, para mejorar su condición física.

Para ello, ten en cuenta las siguientes recomendaciones:

• Haz ejercicio de 3 a 5 días a la semana.
• No es necesario cansarse excesivamente. Si no se puede correr, basta con andar.
• Calentar de 5 a 10 minutos con ejercicios suaves como andar deprisa, para evitar lesiones musculares.
• Si no existe la costumbre de hacer ejercicio, se puede empezar con 20 minutos y aumentar su duración progresivamente, según la capacidad y el tipo de ejercicio, hasta llegar a 30 minutos.
• Al finalizar la actividad, también es necesario realizar estiramientos para mantener la flexibilidad de las articulaciones. De esta forma se evitan lesiones musculares.

Recuerda que mantener un buen estado de salud física evitará o puede resolver los problemas de salud derivados tanto de la enfermedad como de la apatía, de la inactividad psicomotriz y del aislamiento social que a menudo le acompañan.