Información práctica
Estructura y función del cuerpo humanopP@)
Los sistemas de la estructura y función del cuerpo humano, más directamente relacionados con éste síntoma son:
La persona, hombre o mujer, de cualquier edad o condición, es un ser multidimensional integrado, único y singular, de necesidades características, y capaz de: actuar deliberadamente para alcanzar las metas que se propone, asumir la responsabilidad de su propia vida y de su propio bienestar, y relacionarse consigo mismo y con su ambiente en la dirección que ha escogido.
La idea de ser multidimensional integrado incluye las dimensiones biológica, psicológica, social y espiritual, todas las cuales experimentan procesos de desarrollo, y se influencian mutuamente. Cada una de las dimensiones en que se describe a la persona se encuentra en relación permanente y simultánea con las otras, formando un todo en el cual ninguna de las cuatro se puede reducir o subordinar a otra, ni puede ser contemplada de forma aislada. Por consiguiente, ante cualquier situación, la persona responde como un todo con una afectación variable de sus cuatro dimensiones. Cada dimensión comporta una serie de procesos, algunos de los cuales son automáticos o inconscientes y otros, por el contrario, son controlados o intencionados.
Teniendo siempre en mente este concepto de persona, y sólo con fines didácticos, pueden estudiarse aisladamente las modificaciones o alteraciones de algunos de los procesos de la dimensión biofisiológica (estructura y función del cuerpo humano) en diversas situaciones.
Signos y síntomas relacionadospP@)
Los signos y los síntomas que pueden acompañar a la fiebre son variados, los clasificamos según:
1. Las etapas de la fiebre.
2. Los sistemas del cuerpo humano que se ven involucrados.
1. Signos y síntomas en las etapas de la fiebre
Se pueden apreciar tres etapas:
1.1 Etapa prodrómica o de comienzo (fase fría o de escalofríos)
- Aumento de la frecuencia cardiaca (taquicardia).
- Aumento de la tensión arterial.
- Aumento de la frecuencia y la profundidad respiratorias.
- Aumento del metabolismo corporal.
- Cefalea (dolor de cabeza), malestar general y cansancio.
- Tiritona.
- Piel fría y pálida, con aspecto de “carne de gallina”.
- Sensación de frío.
- Ausencia de sudoración.
1.2 Etapa de meseta o estado
- Ausencia de escalofríos.
- La piel está caliente y enrojecida.
- Ojos brillantes (aspecto vidrioso).
- Aumento de la frecuencia cardiaca (taquicardia).
- Aumento de la frecuencia respiratoria (taquipnea).
- Aumento de la tensión arterial.
- Sed intensa, deshidratación leve o moderada.
- Cefalea (dolor de cabeza) y mialgias (dolores musculares).
- Astenia (sensación de cansancio).
- Somnolencia, agitación, delirio o convulsiones.
1.3 Etapa de descenso o declinación
- Sudoración intensa.
- Piel bien irrigada y caliente.
- Tensión arterial disminuida o normalizada respecto al aumento de la etapa anterior.
- Frecuencia respiratoria normalizada.
A continuación se describen estos signos y síntomas siguiendo la clasificación por sistemas del cuerpo humano.
2. Signos y síntomas según los sistemas del cuerpo humano que se ven involucrados
Sistema Cardiovascular:
- Taquicardia: aumento de la frecuencia cardíaca por encima de 100 latidos por minuto. Por cada grado de elevación térmica se produce un aumento de entre 10 y 15 latidos por minuto. La taquicardia permite que llegue más sangre a los tejidos, lo que resulta necesario para que éstos puedan hacer frente a las mayores necesidades energéticas que provoca la fiebre.
- Incremento del gasto cardíaco: el gasto cardíaco es la cantidad de sangre bombeada por el corazón en cada minuto. Este incremento, junto con la taquicardia, permite que llegue más sangre a los tejidos, lo que resulta necesario para que éstos puedan hacer frente a las mayores necesidades energéticas que provoca la fiebre.
Sistema respiratorio:
- Taquipnea (aumento de la frecuencia respiratoria) y aumento de la profundidad respiratoria: el aumento de la actividad respiratoria es estimulado por el aumento de temperatura de la sangre que riega el centro respiratorio y permite hacer frente a la mayor demanda de oxígeno por parte del organismo durante la fiebre.
Sistema nervioso:
- Dolor de cabeza (cefalea): la cefalea por fiebre suele ser pulsátil al comienzo de la reacción térmica, luego se transforma en un dolor sordo de intensidad variable. Se agrava con los movimientos corporales.
- Insomnio y estupor: la fiebre elevada se acompaña habitualmente de somnolencia (estado entre la vigilia y el sueño), que se caracteriza por unas ganas excesivas de dormir y, ocasionalmente, de estupor (estado mental en el que hay una pérdida de la conciencia; únicamente se responde a estímulos dolorosos muy intensos y antecede al estado de coma).
- Excitación, delirio y convulsiones: estos síntomas aparecen de forma excepcional en los episodios febriles. Pueden darse sobretodo en niños cuando la fiebre es muy alta, en personas con consumo elevado de alcohol y en ancianos. La fiebre es responsable, a veces, del delirio (alteración mental caracterizada por desorientación, confusión, inquietud, miedo y ansiedad).
Sistema locomotor:
- Artralgias: dolores articulares ocasionados por rigidez de las articulaciones.
- Mialgias: dolores musculares generalizados. Pueden ser el signo de enfermedades que afectan a todo el cuerpo, como ocurre en algunas enfermedades infecciosas.
- Astenia: sensación de cansancio, fatiga y falta de energía para realizar las actividades diarias.
Sistema digestivo:
- Anorexia: pérdida de apetito pasajera. El apetito suele recuperarse una vez resuelta la fiebre.
- Sensación de saciedad y/o indigestión: sensación de estar lleno.
- Alteración del ritmo intestinal: puede darse diarrea o estreñimiento.
- Sed, boca seca y lengua saburral: la lengua saburral es una lengua que presenta un dorso aumentado de tamaño y de color blanquecino.
- Orina escasa y de color intenso: al aumentar la pérdida de líquidos a través del sudor se reduce la cantidad eliminada en la orina, lo que hace que ésta sea más concentrada y de color más intenso.
Sistema metabólico:
- Aumento del metabolismo corporal: el metabolismo es el conjunto de reacciones físicas y químicas que se producen en todos los seres vivos con la finalidad de obtener energía de los nutrientes. Con la fiebre, el metabolismo aumenta por el mayor consumo energético del organismo. Cada grado de temperatura corporal aumentado incrementa entre un 10 y un 15 % el metabolismo.
Sangre y sistema inmune:
- Alteración de algunos valores de los componentes en la sangre: El parámetro analítico que con más frecuencia se altera en la fiebre es el que corresponde a los leucocitos (células sanguíneas cuya principal función es proteger al organismo contra las infecciones y hacerles frente cuando se producen). En algunos tipos de fiebre puede no haber alteración analítica.
Sistema endocrino:
- Alteración de algunos valores hormonales en la sangre: determinadas hormonas, como la hormona estimulante del tiroides, la antidiurética y los esteroides, aumentan sus valores en sangre para aumentar el metabolismo corporal, y esto desencadena un aumento de la temperatura en el organismo que permite mantener una temperatura corporal equilibrada.
Cómo se midepP@)
1. Unidades de medida
La temperatura es una magnitud física que expresa el grado o nivel de calor o de frío de los cuerpos o del ambiente. Aunque existen más unidades de medida, las más habituales son los grados Celsius o centígrados y los grados Fahrenheit.
Los grados Celsius o centígrados se representan con el símbolo ºC y se usan en casi todo el mundo (excepto en los Estados Unidos). La escala Celsius fue propuesta en 1742 por Anders Celsius, físico y astrónomo sueco. En esta escala, el punto de congelación del agua corresponde a 0 ºC y su punto de ebullición a 100 ºC (ambas medidas tomadas a una atmósfera de presión); la escala se divide en 100 partes iguales, cada una de las cuales corresponde a un grado centígrado.
El grado Fahrenheit es una unidad de medida que equivale a 5/9 de un grado centígrado y se representa con el símbolo ºF. Esta escala se usa casi exclusivamente en los Estados Unidos y fue propuesta en 1724 por Gabriel Fahrenheit, físico alemán. En este caso, se usa la disolución de cloruro amónico como referencia. Su temperatura de congelación corresponde a 32 ºC, y la de evaporación, a 212 ºF. La escala se divide en 180 partes iguales, cada una de las cuales corresponde a un grado Fahrenheit.
Las fórmulas para la conversión de una a otra escala son las siguientes:
- Para pasar de grados centígrados a grados Fahrenheit: (ºC × 9/5) + 32= ºF
- Para pasar de grados Fahrenheit a grados centígrados: (ºF - 32º) × 5/9= ºC
2. Instrumentos de medida
Aunque se puede saber que alguien tiene fiebre con tan sólo tocarle la frente, es conveniente objetivarlo mediante el uso del termómetro.
Los termómetros usados habitualmente en España utilizan la escala de grados Celsius o centígrados y permiten mediciones entre los 35 ºC y los 42 ºC, con divisiones de décimas de grado.
Tipos de termómetros: 2.1 Termómetro de cristal; 2.2. Termómetro electrónico o digital; 2.3 Termómetro infrarrojo
2.1 Termómetro de cristal (con un líquido medidor)
2.1.1. Termómetro de mercurio
Los termómetros de mercurio están sujetos desde el 10 de julio de 2007 a una modificación legislativa del Parlamento Europeo y en España dejaron de fabricarse desde abril de 2009. Esta medida se debe a los efectos nocivos del mercurio sobre el medioambiente y sobre la salud de las personas.
La modificación legislativa no afecta a aquellos termómetros que están actualmente en uso y, de hecho, se siguen utilizando.
Ver imagen: Termómetro de mercurio
El termómetro de mercurio está formado por un capilar de vidrio de un diámetro uniforme en cuyo interior se encuentra el mercurio. El mercurio, al aumentar la temperatura, se dilata y asciende por el capilar, y marca la temperatura en la escala numérica dibujada a lo largo del capilar de vidrio.
Los termómetros de mercurio según la forma de su extremo inferior pueden ser:
- De punta larga (bulbo alargado).
- De punta corta y redondeada (bulbo redondo).
- De punta en forma de pera (bulbo en forma de pera).
Es importante recordar que la temperatura rectal nunca debe medirse con el termómetro de punta larga (termómetro buco-axilar).
2.1.2 Termómetro de alcohol
El termómetro de alcohol funciona de manera similar a la del termómetro de mercurio, si bien no está sujeto a modificaciones legislativas y se sigue comercializando. Se trata de un tubo capilar de vidrio, de un diámetro interior muy pequeño (casi como el de un cabello), que cuenta con paredes gruesas y que en uno de sus extremos tiene una dilatación, conocida como bulbo, que está llena de alcohol. Como el alcohol es una sustancia que se dilata o se contrae con los cambios de temperatura, éste sube o baja dentro del tubo capilar, e indica exactamente la temperatura en una escala marcada en la pared del tubo.
2.1.3. Termómetro de galio
El modo de funcionamiento del termómetro de galio es similar al del termómetro de mercurio. Consiste en un tubo de cristal que tiene como líquido de medición una aleación de galio, metal con un gran coeficiente de dilatación. Entre sus ventajas, destaca su precisión y su fácil manejo. Como inconveniente, el tiempo de medición necesario es de unos tres minutos.
2.2 Termómetro electrónico o digital
El termómetro electrónico digital en su interior incluye sensores que transforman los valores de una escala analógica a otra digital, lo que permite visualizar la temperatura en grados centígrados en su pantalla exterior.
Proporciona la forma más sencilla y rápida de medir la temperatura, por lo que es el termómetro más empleado cuando se trata de niños.
Tipos de termómetro digitales:
2.2.1 Termómetro digital de bolígrafo
2.2.2 Chupete térmico
2.3. Termómetro infrarrojo
Todos los objetos emiten radiaciones infrarrojas (radiaciones que se encuentran entre las radiaciones visibles y las ondas de radio). Hace 50 años que aparecieron los primeros termómetros por infrarrojos, que utilizan casi exclusivamente un sensor óptico que mide la energía térmica emitida por el objeto. La señal analógica del sensor se transforma hasta que aparece en una pantalla la medición en grados Celsius o Fahrenheit. Este tipo de termómetro se puede utilizar en cualquier parte del cuerpo, pero su uso más extendido es en el conducto auditivo.
2.3.1. Termómetro timpánico
El termómetro timpánico funciona con un sistema de rayos infrarrojos que determina la temperatura de la membrana timpánica. Como ventajas, destacan la rapidez, la fiabilidad y el hecho de que permite obtener una temperatura similar a la central sin utilizar métodos invasivos. No hay consenso sobre su uso cuando hay procesos infecciosos en el oído, tipo otitis.
2.3.2. Termómetro frontal
El termómetro frontal permite medir la temperatura de la superficie de la piel sobre la arteria temporal (arteria principal de la cabeza que se encuentra sobre la sien), sin entrar en contacto directo con la persona, a una distancia aproximada de cinco centímetros. Como ventajas, destacan la fiabilidad, su fácil uso y el hecho de poder obtener una lectura de la temperatura similar a la central sin utilizar métodos invasivos. Hoy en día también existen accesorios para dispositivos móviles que convierten los teléfonos en termómetros (Thermodock®). El termómetro funciona por infrarrojos, se coloca a unos cinco centímetros de la zona frontal de la persona y mide la temperatura corporal. Con la incorporación del dispositivo al teléfono, se añaden ventajas como disponer de una memoria para almacenar múltiples perfiles de usuarios o realizar un seguimiento de la evolución de la temperatura.
3. ¿Dónde medir la temperatura?
La temperatura se puede medir en diferentes zonas: recto, boca, sien (arteria temporal), oído, axila e ingle. Las zonas bucal, rectal, timpánica y frontal dan una idea más precisa de la temperatura real del organismo y permiten hablar de “temperatura interna”.
En general, la temperatura rectal suele ser entre 0,3 y 0,5 ºC mayor que la oral, y ésta entre 0,3 y 0,5 ºC mayor que la axilar; por lo tanto, la diferencia entre la temperatura rectal y axilar está entre 0,5 ºC y 1 ºC.
El siguiente gráfico es una comparativa entre los diferentes lugares dónde tomar la temperatura y los parámetros de comodidad, precisión y seguridad.
Comodidad | Precisión | Seguridad | |
---|---|---|---|
Temperatura rectal | + | +++ | ++ |
Temperatura oral | ++ | ++ | + |
Temperatura axilar | +++ | + | +++ |
La temperatura frontal se podría comparar, en cuanto a la precisión, a la temperatura rectal u oral y, en cuanto a la comodidad y a la seguridad, a la axilar.
4. ¿Cómo medir la temperatura?
4.1 Con el termómetro de vidrio; 4.2 Con el termómetro digital tipo bolígrafo; 4.3 Con el termómetro infrarrojo
4.1. Con el termómetro de vidrio (mercurio, alcohol y galio)
Pasos a seguir:
- Previamente a la toma de temperatura, lavarse las manos, independientemente de dónde se vaya a tomar.
- Lavar el termómetro con agua y jabón antes de utilizarlo.
- Hacer bajar el líquido medidor (mercurio, alcohol o galio) hasta el nivel inferior de la graduación.
- Colocar el termómetro específico según la zona elegida para realizar la medición. El termómetro buco-axilar no debe usarse para tomar la temperatura rectal, porque la forma del bulbo alargada podría dañar la mucosa rectal.
- Si se toma la temperatura oral:
- Emplear el termómetro buco-axilar, cuyas características son bulbo recto y alargado.
- Esperar de 20 a 30 minutos después de que la persona haya comido o bebido. Asegurarse de que la boca esté vacía y limpia.
- Colocar el termómetro bajo la lengua sujetándolo con los labios.
- Pedir a la persona que se relaje y respire con normalidad por la nariz.
- Recordarle que no debe apretar los dientes (para evitar la ruptura del termómetro).
- Mantener el termómetro dentro de la boca unos tres minutos antes de efectuar su lectura.
- Si se toma la temperatura axilar:
- Emplear el termómetro buco-axilar, cuyas características son bulbo recto y alargado.
- En caso de que la axila esté húmeda, secarla con un paño.
- Colocar el termómetro en el centro de la axila, manteniendo el brazo de la persona sobre el pecho.
- Mantener el termómetro en esta posición durante cinco minutos.
- Si se toma la temperatura rectal:
- Utilizar el termómetro rectal, cuyas características son bulbo corto y redondeado.
- Antes de colocarlo en la zona, se ha de lubricar ligeramente el bulbo del termómetro, ya que el lubricante facilita la inserción del termómetro en el recto sin dañar la mucosa rectal.
- Si es una persona adulta, la posición adecuada es de lado, elevando la nalga superior con la mano no dominante, lo que facilita la introducción del termómetro.
- Si se trata de un niño, la posición más adecuada es boca abajo y es conveniente la ayuda de otra persona.
- Si se trata de una persona adulta, pedirle que inspire (que coja aire profundamente), ya que la inspiración relaja el esfínter anal y se facilita la inserción del termómetro. Si se trata de un niño, intentar que esté tranquilo y cómodo.
- Con la mano dominante, insertar el termómetro en el recto aproximadamente entre 1 y 2 cm en el caso de niños y entre 2 y 3 cm en el caso de personas adultas. Si se nota alguna resistencia, retirarlo inmediatamente y utilizar otra zona para la medición.
- Mantener el termómetro en esta posición durante tres minutos.
- Retirar el termómetro de la zona donde se ha realizado la medición.
- Hacer la lectura de la escala colocando el termómetro a la altura de los ojos.
- Lavar el termómetro con agua y jabón antes de guardarlo.
4.2 Con el termómetro digital tipo bolígrafo
Pasos a seguir:
- Antes de emplear el termómetro digital, es necesario leer las instrucciones de uso del fabricante.
- Lavarse las manos antes de tomar la temperatura.
- Comprobar que el termómetro esté limpio.
- Comprobar que las lecturas anteriores están borradas para evitar lecturas erróneas posteriores.
- Colocar el termómetro en la zona elegida para realizar la medición:
- Si se toma la temperatura oral:
- Esperar de 20 a 30 minutos después de que la persona haya comido o bebido. Asegurarse que la boca esté vacía y limpia.
- Colocar el extremo del termómetro bajo la lengua y pedir a la persona que cierre los labios.
- Recordarle que no apriete los dientes y pedirle que respire con normalidad por la nariz.
- Mantener el termómetro hasta que haya finalizado su lectura.
- Si se toma la temperatura axilar:
- En caso de que la axila esté húmeda, secarla con un paño.
- Colocar el termómetro en el centro de la axila y mantener el brazo de la persona sobre el pecho.
- Mantener el termómetro hasta que haya finalizado su lectura.
- Si se toma la temperatura rectal:
- Si es una persona adulta, la posición adecuada es de lado, elevando la nalga superior con la mano no dominante, lo que facilita la introducción del termómetro.
- Si se trata de un niño, la posición adecuada es boca abajo. Para realizar la toma de temperatura rectal en niños es conveniente la ayuda de otra persona.
- Si se trata de un adulto, pedirle a la persona que inspire (que coja aire profundamente), ya que relaja el esfínter anal y se facilita la inserción del termómetro. Si se trata de un niño, intentar que esté tranquilo y cómodo.
- Con la mano dominante, insertar el termómetro en el recto aproximadamente entre 1 y 2 cm si se trata de niños, y entre 2 y 3 cm si se trata de personas adultas. Si se nota resistencia retirarlo inmediatamente y utilizar otra zona para la medición.
- Mantener el termómetro digital hasta que avise que se ha finalizado la lectura (suele ser un pitido o parpadeo, según el modelo de termómetro).
- Retirar el termómetro de la zona dónde se ha realizado la medición.
- Realizar la lectura de la temperatura.
- Lavar el termómetro (según los consejos del fabricante) y guardarlo. Es aconsejable borrar la lectura para evitar lecturas erróneas posteriores.
4.3. Con el termómetro de infrarrojos
- Antes de emplear el termómetro de infrarrojos es necesario leer las instrucciones de uso del fabricante.
- Lavarse las manos antes de tomar la temperatura.
- Comprobar que el termómetro esté limpio.
- Si se utiliza el termómetro timpánico:
- Introducir la sonda en el conducto auditivo, aplicando una presión suave pero firme.
- Tirar del pabellón auricular hacia arriba y hacia atrás.
- Dejar el termómetro en posición para que haga la lectura exacta.
- No mover el termómetro timpánico hasta que avise de que ha finalizado la lectura (suele ser un pitido o parpadeo, según el modelo de termómetro).
- Retirar el termómetro y mirar el resultado.
- Guardar adecuadamente el termómetro.
- Si se utiliza el termómetro frontal:
- Comprobar que la piel esté limpia y seca (sin cabellos ni sudor).
- Hacer la medición siguiendo las instrucciones del fabricante.
- Colocar el termómetro frontal (dependiendo de la marca comercial):
- A una distancia aproximada de unos cinco centímetros a la altura de la sien (entre la ceja y el nacimiento del pelo), y esperar unos segundos hasta que avise de que ya se ha hecho la lectura (suele ser con un pitido).
- En contacto con la piel de la sien (entre la ceja y el nacimiento del pelo) y esperar unos segundos hasta que avise de que ya se ha hecho la lectura (suele ser con un pitido).
- Retirar el termómetro y mirar el resultado.
- Guardar adecuadamente el termómetro
TratamientopP@)
El tratamiento de la fiebre tiene dos pilares fundamentales:
- El tratamiento de la fiebre propiamente dicho y el de sus manifestaciones asociadas
- El tratamiento de la causa
1. Tratamiento de la fiebre y de sus manifestaciones asociadas
El tratamiento puede abarcar tres tipos de medidas:
1.1 Medidas generales.
1.2 Medidas físicas.
1.3 Medidas farmacológicas.
1.1 Medidas generales:
- Durante la fase de escalofríos
- Limitar la actividad física y las fuentes de estrés emocional.
- Mantener la temperatura ambiental entre 21-22 ºC.
- Si la persona tiene escalofríos, no retirar la ropa y ofrecer mantas y ropa suplementaria.
- Hidratar con agua y zumos.
- Proporcionar una dieta blanda y rica en nutrientes.
- Durante las fases de meseta y declinación
- Limitar la actividad física y las fuentes de estrés emocional.
- Mantener la temperatura ambiental entre 21-22 ºC.
- Evitar el exceso de abrigo sin provocar escalofríos.
- Mantener secas las prendas de vestir y la ropa de cama.
- Hidratar con agua y zumos.
- Proporcionar una dieta blanda y rica en nutrientes.
- Mantener las mucosas de la boca limpias y húmedas.
1.2. Medidas físicas:
El empleo de medidas físicas para hacer bajar la fiebre no parece bien fundamentado.
Las medidas físicas como único tratamiento están indicadas en la hipertermia (por ejemplo, en un golpe de calor), situación en que el centro termorregulador hipotalámico no es capaz de controlar el exceso de temperatura corporal o no puede generar los estímulos necesarios para corregir las variaciones térmicas; todo ello conduce a una ganancia de calor corporal.
Existen diferentes medidas físicas para lograr la disminución térmica (en los casos de hipertermia):
- Baños de agua tibia: 2ºC por debajo de la temperatura corporal que tenga la persona.
- Rociar la piel con agua templada.
- Aplicar sobre la superficie cutánea toallas o compresas empapadas en agua tibia.
- Aplicar fuentes de aire (ventilador).
1.3 Medidas farmacológicas:
Los fármacos que se emplean para tratar la fiebre se denominan antitérmicos o antipiréticos. Tienen como objetivo reducir el punto de ajuste hipotalámico y facilitar la pérdida de calor. Los fármacos antitérmicos mejoran los síntomas que acompañan a la fiebre. Su uso está indicado cuando la fiebre no es bien tolerada. Los fármacos antitérmicos no son efectivos en la hipertermia, en estos casos están indicadas las medidas físicas.
El efecto farmacológico de los antitérmicos o antipiréticos es máximo al cabo de una hora de su administración vía oral. Como promedio, los antitérmicos bajan la temperatura corporal de partida de 1 ºC a 1,5 ºC; así, si la temperatura era de 39,5 ºC, tras el antitérmico es de esperar que sea de 38,5 ºC a 38 ºC).
Si el descenso de la fiebre es más marcado, es probable que se deba a una oscilación natural de la temperatura en el curso de la enfermedad y no al efecto del medicamento.
Los antitérmicos no reducen la temperatura por debajo de las cifras normales, ni en el caso de que por error se administren dosis superiores a las recomendadas. Por tanto, si una persona toma un antitérmico sin tener fiebre, no sufrirá una hipotermia.
La acción de los fármacos antitérmicos es puramente transitoria, en el sentido de que la fiebre reaparece o vuelve a elevarse apenas cesa el efecto antitérmico; ello es debido a la no eliminación o neutralización de la causa productora de la fiebre.
Fármacos antitérmicos:
- Paracetamol:
Su acción es:- Antitérmica o antipirética (baja la temperatura).
- Analgésica (combate el dolor).
- Escasamente antiinflamatoria.
- Ácido acetilsalicílico (aspirina®):
Su acción es:- Antitérmica o antipirética (baja la temperatura).
- Analgésica (combate el dolor).
- Antiinflamatoria.
El uso de medicamentos que contenían ácido acetilsalicílico, en niños menores de 16 años con procesos febriles, gripe o varicela, se asocia con la aparición del síndrome de Reye. Por este motivo, en junio del 2003 la Agencia Española del Medicamento informó de la suspensión de la comercialización de las especialidades farmacéuticas de uso exclusivo infantil que contenían ácido acetilsalicílico o salicilatos y que no precisaban prescripción médica.
- Ibuprofeno:
Su acción es:- Antitérmica o antipirética (baja la temperatura).
- Analgésica (combate el dolor).
- Antiinflamatoria.
- Metamizol:
Su acción es:- Antitérmico o antipirético (hacen bajar la temperatura).
- Analgésico (combaten el dolor).
En ambas acciones, es más potente que el paracetamol.
El metamizol no suele ser tratamiento de primera elección; se utiliza en casos en que las otras medidas farmacológicas han fracasado, en casos de intolerancia a otros antipiréticos y en casos más graves.
2. Tratamiento de la causa
Aunque no siempre se conoce la causa de la fiebre y, por lo tanto, no es posible tratarla, cuando sí se conoce la causa, el tratamiento incluye medidas dirigidas a controlar, reducir o eliminar el origen de la fiebre; por ejemplo, cuando se administran antibióticos ante infecciones, como la neumonía, que producen un estado febril. Obviamente, con el antibiótico se pretende eliminar los agentes patógenos responsables de la infección en cuestión, no luchar contra la fiebre.
Control de la situación de saludpP@)
Para tener un buen control de la situación de salud, además de aplicar las pautas de actuación recomendadas en caso de fiebre, es necesario saber en que situaciones hay que consultar con el profesional de la salud.
Algunas de las principales son: 1. En bebés, 2. En bebés y niños hasta 2 años, 3. En adultos jóvenes y maduros, 4. En adultos ancianos, 5. En cualquier grupo de edad.
1. En bebés:
- Hasta los dos meses cuando la temperatura rectal (central) sea igual o mayor de 38 ºC.
- Con más de dos meses cuando la temperatura rectal (central) sea igual o mayor de 38,8 ºC.
- De seis meses a un año cuando la temperatura rectal (central) es igual o mayor de 39,4 ºC.
- En cualquier momento cuando:
- La fiebre no cede 1 hora después de administrar el antitérmico.
- Se acompaña de irritabilidad o lloros continuos, resulta difícil despertarlo o tiene la nuca rígida.
- Ha presentado una convulsión febril.
- Tiene manchas oscuras en la piel (petequias).
- Manifiesta dificultad para respirar.
- El niño sufre además una enfermedad importante: cardíaca, renal, metabólica, etc.
2. En bebés y niños hasta 2 años:
- Cuando la fiebre dure más de dos días.
- Cuando, junto con la fiebre, haya síntomas como somnolencia, obnubilación, estupor.
3. En adultos jóvenes y maduros:
- Cuando la temperatura es más elevada de 40 ºC.
- Cuando la fiebre no desaparece con las medidas farmacológicas recomendadas después de tres días de utilización.
- Cuando hay enfermedades previas, como enfermedades cardiacas, hepáticas, renales, procesos tumorales, enfermedades del sistema inmunitario (por ejemplo, VIH), enfermedades endocrinas (por ejemplo, diabetes), etc.
- Cuando se hacen tratamientos farmacológicos del tipo corticosteroides (hormonas utilizadas en procesos que se acompañan de inflamación; como procesos alérgicos, respiratorios, reumáticos, oftálmicos, etc.), ya que pueden suprimir o modificar la respuesta inmunitaria del organismo.
- Cuando se trata de una mujer embarazada o en período de lactancia.
4. En adultos ancianos:
En este grupo de edad la presencia de la fiebre en algunos casos presenta peculiaridades. La fiebre es un signo importante para el diagnóstico de una infección, pero puede no presentarse en un 20-30 % de ancianos con infecciones graves.
Con el envejecimiento se producen cambios en el sistema inmunológico que hacen al anciano más vulnerable a las infecciones. La presencia de más de una enfermedad crónica, el uso de varios fármacos y la malnutrición son frecuentes en este grupo de edad. Todo ello, unido a una menor reserva funcional de los distintos órganos y sistemas, y a una menor defensa local frente a las infecciones, determina su presentación atípica.
5. En cualquier grupo de edad:
Cuando junto con la fiebre aparecen otros síntomas como:
- Dolor muy fuerte de cabeza.
- Vómitos continuos.
- Dificultad al respirar.
- Rigidez de nuca.
- Sensibilidad no habitual a la luz, desorientación o cambios en su comportamiento habitual.
Comentarios
Listado
No es necesario bajar la fiebre en todas las circunstancias. Si la temperatura es igual o inferior a 38 ºC y su estado general es bueno (continúa con su actividad normal), no es preciso administrar antitérmicos ni aplicar otras medidas. Tan sólo debe controlarse la temperatura con frecuencia para comprobar si se mantiene o ha subido.
No valorar si el niño tiene fiebre poniéndole la mano en la frente. Es preciso utilizar el termómetro, y, si éste es de mercurio, es importante agitarlo bien hasta que el mercurio baje. Hay que permanecer al lado del niño mientras lo tiene puesto (de 3 a 5 minutos) ya que al ser de vidrio podría romperse.
Básicamente debes mantener las medidas tanto fisicas como farmacológicas para bajar la fiebre de la niña.
Recuerda consultar a un profesional de la salud:
- Cuando la fiebre dure más de dos días.
- Cuando, junto con la fiebre, haya síntomas como somnolencia, obnubilación, estupor.
Bibliografía
Bibliografía consultada
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http://www.fisterra.com/ayuda-en-consulta/tecnicas-atencion-primaria/determinacion-temperatura-corporal/ - CTO, editor. Manual CTO de enfermería.
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Madrid: McGraw-Hill Interamericana; 2002. p. 111-5. - Farreras P, Rozman C. Medicina Interna.
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Temperatura corporal; 2002. - Lizarraga AI. Fisiopatología de la termorregulación. Fiebre y síndrome febril. Montevideo: Facultad de Odontología de la Universidad de la República; 2001.
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Bibliografía recomanada
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Enferm Clin. 2009; 19(3): 115-120.
Carmen Fernández Ferrín
Enfermera. Fué profesora Emérita de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Barcelona.
La Carmen falleció en agosto del 2013 pero su aportación y experiencia enfermera continuaran siempre presentes en la Enfermera virtual.
Fué experta en el modelo conceptual de Virginia Henderson, se interesó por el desarrollo disciplinar de la enfermería, especialmente por todo lo relacionado con la construcción teórica del mismo. Conferenciante y ponente en foros de discusión y formación profesional. Autora de Los diagnósticos enfermeros. Revisión crítica y guía práctica (8ª ed., Madrid: Elsevier, 2008) y de De la teoría a la práctica. El pensamiento de Virginia Henderson en el siglo XXI (3ª ed., Barcelona: Masson, 2005), así como de numerosos artículos.
Formó parte de la dirección científica de la Enfermera virtual y, como tal, participó en la definición de los conceptos nucleares que enmarcan la filosofía de la web, asesoró en la construcción de la misma y en el diseño de la estructura de las fichas. Así mismo, participó en la selección de los temas a abordar, en la revisión, desde el punto de vista disciplinar, de los contenidos elaborados por los autores y en la revisión final del material elaborado antes de su publicación en la web.
Gisel Fontanet Cornudella
Máster en educación para la salud (UDL). Postgrado en Enfermería psicosocial y salud mental (UB).
Actualmente es gestora de desarrollo de personas de la Unidad de Gestión del Conocimiento de la Fundación Sanitaria Mollet. Miembro del Consejo Asesor Fundación TICSALUT 2014-2017, del grupo @MWC_nursing, entre otros.
Hasta abril de 2015, ha sido adjunta en la Dirección de Programas del COIB llevando a cargo la dirección y coordinación del proyecto Infermera virtual y hasta diciembre de 2016 la dirección de la elaboración y el mantenimiento de los contenidos de Infermera virtual en lo que a su vertiente estructural y pedagógica se refiere, y como asesora del proyecto. Considera que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) e Internet y, en general, la red 2.0 son un canal de comunicación e interacción con y para los ciudadanos, con un gran potencial para la promoción de la autonomía e independencia de las personas en el control y mejora de su salud, como complemento de la atención presencial y continuidad de los cuidados, puesto que es un medio a través del que la persona poco a poco expresa sus necesidades, deseos o inquietudes. Esta información es primordial para conocer el sujeto de la educación y en el cuidar.
Desde 1998, su actividad profesional se desarrolla en el marco de la promoción y la educación para la salud. Fue coordinadora y enfermera asistencial durante 6 años de la Unidad de educación para la salud en la atención a personas afectadas de un problema de salud crónico del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, donde intercaló de forma pionera la atención presencial y virtual. Ha ido centrando su línea de trabajo en el desarrollo de proyectos en el campo de la tecnología de la información y la comunicación (TIC), en el ámbito de la salud.
Es autora de diversas publicaciones, tanto en el registro escrito como en el audiovisual, y de documentos de opinión referentes a la promoción y educación para la salud. Ha colaborado y ha participado en varias jornadas, espacios de debate y estudios de investigación, entre otros, relacionados con la aplicación de las TIC en el ámbito de la salud. Ha iniciado líneas de trabajo en el marco de la promoción y educación para la salud en la escuela, como contexto de ejercicio de la enfermera. Fué miembro fundador del grupo Innovación y Tecnología del COIB @itcoib.
Mª Teresa Luis Rodrigo
Enfermera. Profesora Emérita de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Barcelona. Se ha interesado desde hace años en el desarrollo y la utilización de las terminologías enfermeras (de diagnósticos, intervenciones y resultados), desde una concepción disciplinar de los cuidados. Conferenciante y ponente en foros de discusión y formación profesional. Autora de Los diagnósticos enfermeros. Revisión crítica y guía práctica (8ª ed., Madrid: Elsevier, 2008) y de De la teoría a la práctica. El pensamiento de Virginia Henderson en el siglo XXI (3ª ed., Barcelona: Masson, 2005), así como de numerosos artículos en distintas revistas científicas.
Hasta diciembre de 2016 formó parte de la dirección científica y disciplinaria de la Infermera virtual y, como tal, ha participado en la elaboración de los conceptos nucleares que guían el contenido de la web, ha asesorado en cuanto a su construcción y en la selección de los temas a abordar, de igual modo, ha colaborado, siempre desde la perspectiva científica y disciplinaria, en la revisión de los contenidos elaborados por los autores y en la revisión final del material elaborado antes de publicarlo en la web.
Roser Castells Baró
Llicenciada en filologia catalana (UB), màster en escriptura per a la televisió i el cinema (UAB), i postgraduada en reportatge de televisió (UPF). Ha treballat com a lingüista especialitzada en llenguatges tècnics i científics al Centre de Terminologia Termcat, i com a assessora lingüística i traductora a la "Revista de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya", entre altres entitats. Actualment, compagina l'activitat com a lingüista amb la de guionista. Ha col·laborat en la realització de diversos vídeos didàctics per al COIB.
Esperanza Ciérvide Gorriz
Enfermera en el Servicio de Geriatría del Hospital de Navarra. Diplomada en enfermería (Universidad de Navarra, 1988). Hospital Universitario Vall d´Hebron (1988-1999), en los servicios de neumología, digestivo y cirugía general. Desde 1999 hasta la actualidad, ha desempeñado su actividad laboral en diferentes servicios del Hospital de Navarra.
Nuria Andión Espinal
Enfermera en el Servicio de Urgencias del Hospital de Navarra. Diplomada en enfermería (Universidad de Navarra, 1996). Área de Cardiología de la Clínica Universitaria de Navarra (1996-2000). Desde Octubre de 2000 hasta la actualidad, ha trabajado en diferentes servicios en el Hospital Virgen del Camino y en el Hospital de Navarra, ambos pertenecientes al Servicio Navarro de Salud y ubicados en Pamplona.