Aviso
Este contenido en ningún caso pretende ser una alternativa a los tratamientos convencionales. |
Información práctica
Estructura y función del cuerpo humanopP@)
En las terapias complementarias, es importante tener en cuenta que los términos estructura y función del cuerpo humano designan conceptos que, en ocasiones, pueden ser muy diferentes de las nociones que habitualmente se designan con estas mismas denominaciones des de otras perspectivas o en otros tipos de terapia.
La persona, hombre o mujer, de cualquier edad o condición, es un ser multidimensional integrado, único y singular, de necesidades características, y capaz de actuar deliberadamente para alcanzar las metas que se propone, asumir la responsabilidad de su propia vida y de su propio bienestar, y relacionarse consigo mismo y con su ambiente.
La idea de un ser multidimensional integrado incluye las dimensiones biológica, psicológica, social y espiritual, todas las cuales experimentan procesos de desarrollo, y se influencian mutuamente. Cada una de las dimensiones en que se describe a la persona se encuentra en relación permanente y simultánea con las otras, formando un todo en el cual ninguna de las cuatro se puede reducir o subordinar a otra, ni puede ser contemplada de forma aislada. Por consiguiente, ante cualquier situación, la persona responde como un todo con una afectación variable de sus cuatro dimensiones. Cada dimensión comporta una serie de procesos, algunos de los cuales son automáticos o inconscientes y otros, por el contrario, son controlados o intencionados.
Teniendo en mente este concepto de persona, y sólo con fines didácticos, pueden estudiarse aisladamente las modificaciones o alteraciones de algunos de los procesos de la dimensión biofisiológica (estructura y función del cuerpo humano) en diversas situaciones.
Las terapias complementarias en la promoción, el mantenimiento y la recuperación de la saludpP@)
1. En la promoción de la salud, 2. En la prevención de los problemas de salud, 3. En el tratamiento y el control de los problemas de salud, 4. Al final de la vida.
A menudo se habla de las terapias complementarias (TC) como de un tratamiento. La verdad es, sin embargo, que sus contenidos teóricos también promueven formas de vida saludables, así como actitudes mentales, comportamentales y espirituales favorecedoras de salud.
Aunque puede parecer que las terapias complementarias son infinitas por la diversidad de nombres con los que se las conoce y la variedad de modos con los que se aplican, la mayoría están fundamentadas en contenidos de conocimiento muy parecidos.
Las llamadas terapias complementarias comprenden técnicas manuales, aplicaciones de diferentes sustancias, dietas, consejos higiénicos, etc., pero también sistemas médicos completos y complejos para curar y cuidar de la persona desde las directrices aprendidas de otras culturas.
Normalmente, la mayoría de personas piensan que es mejor prevenir que curar y, por eso, promocionar una vida saludable es muy importante en cualquier etapa vital de la persona. Sin embargo, a pesar de promocionar una vida saludable y tomar todas las medidas útiles para prevenir la enfermedad, las personas, tarde o temprano, enferman.
Sería conveniente no buscar la ayuda de las terapias complementarias como último recurso, cuando todos los demás tratamientos e intervenciones médicas no han podido restaurar la salud deseada. Hay que aprender a servirse de las terapias complementarias integrándolas en la manera de vivir. De este modo se prevendrán las enfermedades, y se promocionará y se mantendrá la salud.
La mayoría de síntomas que preocupan a una persona joven o adulta, así como los que presentan los niños, pueden encontrar respuestas de mejora con las terapias complementarias. Las terapias complementarias tendrán en cuenta no sólo la etapa vital de la persona, sino, aun más, el modo con el que su organismo físico, su mente y su estado emocional se manifiestan en su enfermedad. De esta manera, se encontrarán las terapias más adecuadas y, sobre todo, se educará a la persona afectada por una enfermedad para que entienda su problema y pueda hacerle frente con responsabilidad y de modo creativo.
A continuación se hablará de la contribución de las terapias complementarias al mantenimiento del bienestar y la curación de las personas en el continuo salud-enfermedad.
1. En la promoción de la salud.
Las personas que quieren vivir y ser tratadas según las directrices que se aconsejan desde las terapias complementarias (TC) encontrarán formas saludables de alimentarse con el fin de acumular el mínimo posible de residuos tóxicos en el organismo y no enfermar. Así, por ejemplo, mediante ejercicios respiratorios que también ayudan a calmar la mente y reducir la ansiedad, se mantiene limpio el aparato respiratorio y se aprovecha el aire de la manera más adecuada. Además, las terapias complementarias también indican cómo mantener en forma el aparato musculoesquelético de la manera más relajada posible, proporcionan técnicas dirigidas a sanear emociones y a alimentar el espíritu, etc.
En definitiva, las terapias complementarias ayudan a que cada persona pueda conseguir el mejor estado de salud posible, pueda adaptarse al entorno y pueda disfrutar de las relaciones personales.
2. En la prevención de los problemas de salud.
Las personas afectadas por disfunciones diversas, sin lesión orgánica, pueden cuidarse o, al menos, mejorar mucho el estado de salud con las técnicas y los tratamientos que aportan las terapias complementarias, por ejemplo, liberando el organismo de tóxicos acumulados con la estimulación de las vías eliminadoras fisiológicas (básicamente, el aparato respiratorio, la piel, el aparato digestivo y el aparato urinario).
Al hablar de disfunciones se hace referencia a los síntomas funcionales. Son casos en los que la persona no se encuentra bien, pero las exploraciones médicas y las analíticas pueden estar dentro de la normalidad. No son síntomas de una enfermedad concreta, sino malestares en una o más partes del cuerpo o, también, desazón y angustia. Desde una perspectiva natural, se da mucha importancia a estos casos, y las terapias complementarias, casi siempre, pueden aportar buenas soluciones para mejorarlos. Son síntomas que avisan de que, tarde o temprano, en aquella misma parte del organismo o en alguna otra relacionada, puede llegar a manifestarse una enfermedad, una patología real, tal como la entiende la medicina oficial.
3. En el tratamiento y el control de los problemas de salud.
Las terapias complementarias pueden ser útiles en las personas afectadas por enfermedades más o menos importantes, agudas o crónicas. Cuando se sufre una enfermedad importante que ha sido diagnosticada médicamente y que requiere tratamientos médicos convencionales complejos, las terapias complementarias a menudo pueden proporcionar un bienestar físico que no puede conseguirse con los otros tratamientos. En algunos casos, incluso, pueden ayudar a disminuir la cantidad de fármacos (con un riguroso control del equipo de salud).
Es imprescindible que el equipo de profesionales que haga el seguimiento del estado de salud de una persona conozca siempre todos los tratamientos que está siguiendo, sean del tipo que sean (también los complementarios), con la finalidad de poder ajustar mejor su contenido. Hay tratamientos naturales que podrían estar contraindicados con algún fármaco, y hay que tener conocimiento de ellos para la seguridad de la persona; por ejemplo: el regaliz es muy útil para la gastritis, incluso para algunas úlceras gástricas, pero está contraindicado para las personas con la presión arterial alta.
Siempre puede haber alguna terapia complementaria que, si bien no puede mejorar físicamente a la persona enferma, podrá ayudarla emocionalmente con una actitud positiva y constructiva hacia el proceso mórbido que ha iniciado.
4. Al final de la vida.
Pueden ser realmente un excelente acompañamiento para paliar los trastornos del final de la vida. En procesos terminales, pueden ser buenos paliativos del dolor, el miedo, la incertidumbre o la desesperanza, ofrecer bienestar y acompañar a la persona para que pueda tener un traspaso sereno y en paz. En estos momentos, pueden ser muy beneficiosas, no sólo para la persona que las recibe, sino también para las personas del entorno. Además, la idiosincrasia de las terapias complementarias hace que mejoren las relaciones personales, ya que pueden implicar a los familiares, de manera fácil y útil, en la organización de las tareas, en que el aspecto emocional siempre ocupa un sitio destacable, para cuidar de la persona enferma.
En resumen, las terapias complementarias pueden ser útiles en cualquier etapa vital, en un estado de salud óptimo, en la enfermedad y al final de la vida, porque promueven el bienestar general, hacen una buena prevención y se anticipan a la enfermedad. Por eso es tan importante que estén al alcance de la población más sana y más joven.
Así, pues, cualquier persona, en cualquier edad y situación de vida, puede beneficiarse de unas terapias complementarias adecuadas y bien aplicadas por profesionales de la salud.
Las TC en función de las etapas del ciclo vitalpP@)
Las terapias complementarias (TC) siempre se adaptan a las características vitales de cada persona, y no al revés.
1. Infancia, 2. Adolescencia, 3. Adultez, 4. Vejez
1. Las terapias complementarias en la infancia
Teniendo en cuenta que las terapias complementarias pueden ser de gran utilidad en el proceso de maduración integral del ser humano, es de gran importancia tenerlas en cuenta durante la infancia y a lo largo del periodo de crianza de los niños, con el fin de promover un desarrollo saludable.
Puede ser muy útil una orientación dietética temprana, después de la lactancia o en paralelo a este proceso, que contemple el origen natural de los alimentos e incluya otros que a menudo no se utilizan en niños pero que no por eso son menos saludables, como las proteínas de origen vegetal. Las terapias complementarias también pueden tener un papel importante para mejorar los malestares habituales de la adaptación a la vida (por ejemplo, los cólicos del bebé) y pueden ser primordiales a la hora de reequilibrar las enfermedades infantiles (los resfriados, las gastroenteritis, etc.), de manera paralela a los consejos del pediatra.
El masaje infantil y las técnicas que lo acompañan son muy importantes: desde los inicios de la vida, ayudan a hacer prevención, descubriendo y anticipándose a posibles problemáticas futuras; participan, desde el punto de vista más holístico, en el crecimiento saludable del niño, y acompañan a los niños y las niñas cuando están enfermos con el fin de facilitarles el mayor bienestar general posible.
Consejos de salud: Infancia
Consejos de salut: Alimentación en la infancia y en la adolescencia
2. Las terapias complementarias en la adolescencia
La atención, desde la perspectiva natural, y las terapias complementarias pueden acompañar a niñas y niños en su crecimiento, para que sea saludable, y en la adolescencia. Como los niños, los más jóvenes, en general, tienen una gran capacidad de regeneración y autocuración; así, pues, las aplicaciones de las terapias complementarias durante esta etapa suelen ser más exitosas. En ocasiones la medicina convencional aplica tratamientos que suprimen síntomas que, probablemente, se podrían reequilibrar mediante una buena higiene alimenticia y con otros recursos naturales sencillos.
En esta etapa de la vida cabe destacar la gran aportación de las terapias complementarias, con diferentes técnicas, para ayudar a concienciar a los jóvenes de la importancia de cuidar su cuerpo, la mente y el espíritu, para fomentar la salud, prevenir y, así, llegar a ser unos adultos lo más sanos posible. Las terapias complementarias ayudan a “construir” a la persona, ya que facilitan su autoconocimiento, refuerzan el mantenimiento y la circulación de la energía vital, y hacen crecer la responsabilidad sobre uno mismo y sobre los otros.
Consejos de salud: Adolescencia
Consejos de salud: Alimentación en la infancia y en la adolescencia
3. Las terapias complementarias en la adultez
A pesar de que, según el modelo de Reckeweg, puede parecer que en la adultez se tiene menos capacidad reactiva para cuidarse, también los adultos pueden obtener beneficios importantes, ya que los recursos naturales y las terapias complementarias siempre intentan preservar la salud, incluso pueden retrasar el deterioro consecuente de la progresión de la vida.
En la adultez, la mayoría de personas presentan más disfunciones corporales y, mentalmente, acostumbran a estar más agotadas, aunque eso puede pasar en cualquier otra etapa. Además, muchas personas se replantean sus creencias y la situación familiar o laboral, lo que, en ocasiones, conlleva cambios esenciales y trascendentes. Por otra parte, según la edad y el talante, hay quien mira hacia adelante viendo el final de trayecto y otros tienen la necesidad y la voluntad de cuidar de ellos mismos.
En este momento, se pueden encontrar diferentes posibilidades en las terapias complementarias, tanto para disfrutar, experimentar y promocionar la salud, como para tratar disfunciones y prevenir enfermedades. Y, como la enfermedad quizás ya ha aparecido en esta etapa, las terapias complementarias, escogidas adecuadamente, en este caso, también son de gran ayuda.
Consejos de salud: Adultez
Consejos de salud: Alimentación saludable
4. Las terapias complementarias en la vejez
Las personas pueden sentir y vivir esta etapa de maneras muy diferentes. Que la vejez sea más o menos sana o placentera depende, en buena parte, de como la persona se ha preparado a lo largo de las etapas vitales precedentes, de cómo ha promocionado su salud y de si la ha preservado y restaurado con una prevención lo más respetuosa y holística posible. Sin embargo, no todo depende sólo de la propia voluntad: hay personas más o menos saludables y con más o menos potencial vital desde su nacimiento; estas características también marcarán esta etapa.
Es importante no confundir jubilación con vejez, teniendo en cuenta que no siempre coinciden. Sobre todo, hay que entender que jubilación no significa “ahora ya se ha acabado todo”, sino que es el momento en que se pueden empezar a hacer todas aquellas cosas que se deseaban hacía tiempo y no se podían llevar a cabo en la vida cotidiana. Una de estas cosas puede ser poner en marcha actividades para cuidar de uno mismo con la ayuda de las terapias complementarias. Es un buen momento para aportar conocimientos, valores y sabiduría a la familia y a la sociedad en general.
La jubilación y la vejez son momentos de grandes cambios y adaptaciones de todo tipo. Las personas presentan trastornos propios del envejecimiento fisiológico, que se debe diferenciar de la enfermedad y tratarlo de la manera más conservadora posible para preservar la capacidad reactiva del organismo y, así, cuidarse hasta que sea posible.
En cualquier caso, sea cuál sea la situación física en esta etapa, lo más importante que pueden ofrecer las terapias complementarias es lo que pueden aportar para ayudar a las personas a encontrar la paz interior y a conectar con la energía vital hasta el momento de la muerte, de manera que ésta pueda ser vivida de la manera escogida y sea lo más placentera posible.
Consejos de salud: Alimentación saludable
Las TC en función de las situaciones de vidapP@)
Las terapias complementarias (TC) siempre se adaptan a las características vitales de cada persona, y no al revés.
1. Etapa procreativa y embarazo
Las terapias complementarias son de gran utilidad en la etapa procreativa. Pueden contribuir a preparar el cuerpo de hombres y mujeres que quieren concebir un hijo, con el fin de iniciar el embarazo en las mejores condiciones posibles para la criatura y para la madre. Las terapias complementarias pueden intervenir para que el nacimiento tenga lugar de la forma más natural posible y para que la lactancia materna sea productiva y placentera. Además, diferentes terapias complementarias pueden ayudar a las madres para que se recuperen después de todo el proceso y se adapten a la nueva situación de maternidad, y al resto del grupo familiar para que incorpore al recién nacido de la manera más armónica posible.
Consejos de salud: Embarazo
Consejos de salud: Alimentación y embarazo
Menopausia y andropausa
La menopausia y la andropausia conllevan cambios hormonales en mujeres y hombres que marcan el cambio de etapa de la madurez a la vejez. Las terapias complementarias serán muy útiles para ayudar al organismo en todas las readaptaciones fisiológicas y, muy especialmente, para ayudar a las personas en el proceso de aceptación personal y para conseguir un buen equilibrio emocional.
Consejos de salud: Menopausia
Consejos de salud: Adultez
Consejos de salud: Alimentación saludable
2. Otras situaciones especiales
A lo largo de la vida se pueden producir situaciones especiales causadas por diferentes circunstancias. Cuando alguien, sea niño, joven o adulto, pasa por situaciones especialmente difíciles, como sufrir un accidente importante, perder el trabajo, tener dificultades económicas importantes, tener que emigrar, separarse de la pareja, cuidar de familiares enfermos o discapacitados, pasar por la muerte de un ser amado, etc., es más proclive a enfermar, ya que el padecimiento emocional afecta el sistema hormonal e inmunológico y expone a la persona a desarrollar un proceso patológico.
En estos momentos de cambio, de dolor y de padecimiento, el apoyo y un tratamiento con las terapias complementarias adecuadas pueden ser primordiales para la superación emocional y para curar las heridas energéticas que podrían conllevar una enfermedad.
Las terapias complementarias también pueden ser muy útiles para las personas que sufren enfermedades crónicas, que en muchos casos les acompañan desde la juventud o la infancia, degenerativas, cáncer, etc.
3. El final de la vida
Las terapias complementarias son muy útiles al final de la vida. La mayoría de personas han tenido algún abuelo o alguna abuela que murió plácidamente, ya muy mayor, de ninguna enfermedad concreta. Las terapias complementarias tratan a la persona de manera que pueda vivir saludablemente, durante muchos años, y que pueda morir de una manera digna en plenas facultades mentales.
La mayoría de personas, en la actualidad, mueren a causa de una enfermedad y después de un proceso mórbido más o menos largo, excepto en el caso de las muertes repentinas. Las terapias complementarias llegan donde otros recursos terapéuticos no llegan, con técnicas que tratan directamente el nivel emocional y espiritual de la persona y que también son muy útiles para los familiares y amigos.
Consejos de salud: Duelo
Tipos de terapias complementariaspP@)
Se pueden presentar de muchas maneras. En este caso, se clasifican, más o menos ordenadas, según la vía de aplicación y según cómo interaccionan con la persona; algunas pertenecen a niveles distintos (físico, mental, emocional, energético o espiritual), que son inseparables en la medida que todos conforman el ser. En esta clasificación, no se han podido tener en cuenta todas las terapias complementarias (TC), pero no por eso son menos importantes o efectivas.
1. Según la vía de administración, 2. Según la forma de interacción, 3. Según la relación de ayuda que se establece, 4. Sistemas complejos y completos de otras culturas.
1. Según la vía de administración
1.1 Vía oral o inhalatoria
- Fitoterapia: terapia que trabaja con los principios activos de las plantas.
- Oligoterapia: terapia que utiliza metales en dosis ínfimas para reequilibrar el organismo; por ejemplo, la combinación de cobre, oro y plata potencia las defensas orgánicas.
- Terapia floral: terapia que reequilibra los estados emocionales mediante los patrones vibratorios de las plantas (forma y contenido de la expresión energética y curativa de las plantas).
- Terapia ortomolecular: terapia que utiliza los nutrientes habituales en forma de fármaco para favorecer que las cantidades que se ingieren sean óptimas para la salud.
- Aromaterapia: terapia que usa los aromas de las plantas.
- Terapias que se fundamentan en dietas concretas, con complementos alimenticios o alimentos-medicamento.
- Hidroterapia: terapia que utiliza el agua como agente terapéutico, en cualquier estado, temperatura o forma (compresas, inhalación, baños).
- Homeopatía: terapia que utiliza productos animales, vegetales y minerales, en diluciones altas, con el objetivo de curar con un producto similar al que provocaría el propio síntoma.
Comentario linguistico
1.2 Vía tópica
- Geoterapia: terapia con arcilla.
- Cataplasmas con principios fitoterápicos: aplicaciones de sustancias derivadas de plantas medicinales o de otros elementos.
- Terapia floral
- Aromaterapia: terapia que usa los aromas de las plantas.
- Oligoterapia: terapia que utiliza metales en dosis ínfimas para reequilibrar el organismo; por ejemplo, la combinación de cobre, oro y plata potencia las defensas orgánicas.
- Cromoterapia: método de armonización a través los colores.
- Hidroterapia: terapia que utiliza el agua como agente terapéutico, en cualquier estado, temperatura o forma (compresas, inhalación, baños).
- Utilización de otros productos de origen natural que se aplican en la piel o en las mucosas, con principios de la fitoterapia, la homeopatía, etc.
1.3 Otras vías: rectal, ótica y vaginal
- Colonoterapia: tratamiento de limpieza del colon para disminuir la toxicidad del organismo.
- Enemas y supositorios con principios homeopáticos
- Velas óticas: terapia con conos para provocar el vacío en la oída y extraer, sin peligros, las secreciones.
- Óvulos vaginales
Consejos de salud: Medicamentos - formas de administración
2. Según la forma de interacción
2.1 A través de los sentidos
- Aromaterapia: terapia que usa los aromas de las plantas.
- Cromoterapia: método de armonización a través los colores.
- Musicoterapia: terapia a través de la música.
- Arteterapia: terapia basada en la expresión y la contemplación del arte.
- Contacto con mascotas
- Estimulación del gusto: terapia que utiliza el gusto y que se aplica según las necesidades orgánicas de la persona.
- Trabajo propioceptivo: terapia basada en la propiocepción, que es la capacidad de sentir la posición en que se encuentran las diferentes partes del cuerpo.
- Percepción del campo sensorial: terapia para aprender a sentir la energía que forma parte del cuerpo y la energía que lo rodea.
2.2 A través de diferentes tipos de contacto con el cuerpo y en niveles más superficiales o más profundos
- Técnicas diversas que trabajan con la energía superficial del cuerpo humano y/o contemplando la polaridad (polo positivo y negativo del cuerpo energético de la persona). Por ejemplo: Tacto terapéutico (técnica manual para reequilibrar la energía), Shiatsu (técnica derivada de la medicina tradicional china para equilibrar), etc.
- Masajes de tipo reflejo: estimulación de la energía autocurativa de la persona que incide en zonas reflejas de los pies, las manos, el tronco y otras partes del cuerpo.
- Drenaje linfático: masaje específico para drenar el sistema linfático.
- Hidroterapia: terapia que utiliza el agua como agente terapéutico, en cualquier estado, temperatura o forma (compresas, inhalación, baños).
2.3 A través del trabajo corporal activo, activo asistido o pasivo
- Osteopatía: sistema de técnicas prácticas dirigidas a aliviar el dolor, restaurar funciones y promover la salud y el bienestar.
- Higiene postural: tomar conciencia y cuidar la posición del cuerpo, tanto en reposo como en cualquier actividad que se esté desarrollando.
- Trabajo propioceptivo: terapia basada en la propiocepción, que es la capacidad de sentir la posición en que se encuentran las diferentes partes del cuerpo.
- Danza
- Teatro
- Yoga
2.4 A través de las diferentes expresiones del arte
- Arteterapia: terapia basada en la expresión y la contemplación del arte (activa y pasiva).
- Danza
- Teatro
- Audiovisuales
- Manualidades
2.5 A través del control mental, observando como la mente se relaciona con el cuerpo y el espíritu
- Métodos de relajación:
- Sofrología caycediana: método que busca un estado diferente de conciencia y de autocontrol. En el siguiente enlace se puede ver un breve video de "Sofronización Básica" para poder ponerlo en pràctica.
- Relajación muscular progresiva de Jacobson: técnica que se basa en el contraste entre contracción y relajación muscular.
- Schultz: técnica que hace énfasis en las sensaciones respiratorias, la presión y la temperatura.
- Técnicas facilitadoras del humor y la risa
- Técnicas respiratorias
- Yoga
- Visualización curativa: ver mentalmente, mediante la imaginación y con propósito curativo, cómo las partes del cuerpo afectadas por la enfermedad se van curando. Se acostumbra a trabajar imaginando luz, colores, metáforas de limpieza, etc.
- Técnicas de meditación
3. Según la relación de ayuda que se establece
En esta categoría se incluye cualquier sistematización de conocimientos del funcionamiento del ser humano que se utilice a través de la relación de ayuda para promover la salud, prevenir la enfermedad o cuidar de la persona enferma; por ejemplo: la terapia floral, las diversas actuaciones docentes para concienciar e informar, la promoción de pensamientos y creencias positivos y constructivos para prevenir las consecuencias del estrés, etc.
4. Sistemas complejos y completos de otras culturas
Se trata de otros tipos de medicinas que se han importado de otras culturas y que aportan muchos tipos de terapias y vías de aplicación diversas, todas desde una perspectiva cultural o del concepto salud, de la enfermedad y de persona particulares. Son sistemas diferentes de la medicina convencional, hegemónica y reconocida en nuestra sociedad y de las terapias complementarias consideradas más occidentales.
- Medicina ayurvédica: se traduce literalmente como “la ciencia de la vida” y es el sistema médico más antiguo y holístico de salud reconocido por la OMS.
- Medicina tradicional china: sistema médico holístico originario de la China, que comprende diversos tratamientos; sus orígenes se relacionan con el filósofo Lao Tse.
- Medicina tibetana: sistema médico ligado al budismo tibetano.
- Chamanismo: creencias y prácticas tradicionales que consideran que el mundo visible está dominado por fuerzas invisibles que afectan a la vida de las personas.
Todas las culturas han tenido sistemas médicos más o menos evolucionados que respondían a las necesidades de las personas del grupo social correspondiente. Probablemente, se han perdido muchos de estos sistemas y sus conocimientos, sin embargo, con toda seguridad se redescubrirán otros nuevos.
Información general
DescripciónpP@)
Las terapias complementarias (TC) pueden ser muchas y diversas, pero tienen un objetivo común: lograr la armonía del cuerpo, la mente y el espíritu. Estas terapias trabajan para promocionar la salud y prevenir la enfermedad desde actitudes positivas hacia la vida y las relaciones interpersonales, desde una higiene corporal y alimentaria adecuadas y evitando que el organismo entre en contacto o ingrese elementos que puedan ser nocivos para el desarrollo de la persona.
Las terapias complementarias (no convencionales), algunas de las cuales se consideran terapias naturales, derivan de conocimientos que provienen de varias culturas, algunas de ellas milenarias. Una parte de estos contenidos ha sido sistematizada y, en gran medida, comprobada científicamente.
Estas terapias aportan un modo diferente de entender el ser humano, de promover una vida saludable, de diagnosticar y de prevenir, de cuidar y curar a las personas que enferman. Además, favorecen el bienestar en general y siempre procuran trabajar del modo menos intrusivo posible, es decir, interfiriendo mínimamente en los procesos de cada organismo.
Las terapias complementarias llevan implícita una perspectiva natural, un modo de vivir, de cuidar la salud, que tiene muchos puntos en común con las definiciones de salud y de enfermedad más contemporáneas. Respetan los procesos naturales que cada organismo pone en marcha en cada momento para encontrar el equilibrio, ya que el grado de salud o de enfermedad varía a lo largo de la vida de la persona. Ambas, la salud y la enfermedad, conforman el ser en su adaptación vital (Mejías F, Serrano MD. Enfermería en Psiquiatría y Salud Mental. DAE (Mad.). 2000; 282-283). Las terapias complementarias favorecen una adaptación saludable a la vida, y consideran que el ser humano no sólo es materia, sino también energía. Así pues, las actitudes y las emociones positivas, constructivas, también son necesarias para mantener una vida saludable.
Las terapias complementarias se utilizarán, mayoritariamente, de modo complementario a los tratamientos convencionales, de modo que se añadan a las otros cuidados para conseguir un máximo beneficio para la persona. Estas terapias permiten, en cualquier etapa del ciclo vital, disfrutar de una vida saludable, prevenir contra las enfermedades y acompañar satisfactoriamente a la persona hasta el final de su vida.
La información sobre estas terapias es esencial y, en última instancia, hay que recordar que la salud es responsabilidad de cada uno. El equipo de salud informa, educa y pone a disposición las técnicas más adecuadas, del tipo que sea, convencionales o complementarias, para que la persona trabaje para restablecer su equilibrio físico, psíquico o emocional. Los profesionales formados en estas terapias podrán aconsejarla o tratarla con las que puedan resultar más idóneas y útiles en cada momento.
Para entender y conocer qué son las terapias complementarias, es necesario conocer su origen y la perspectiva desde la que entienden el proceso salud-enfermedad.
Comentario linguistico sobre terápias complementarias y alternativas
Historia y evoluciónpP@)
Es difícil delimitar el origen y la extensión de las terapias complementarias (TC). En realidad, puede considerarse que han acompañado a la humanidad a lo largo de toda la Historia.
Desde que el ser humano ha sido considerado como tal, es sabido que ha intentado curarse y aliviar sus dolencias utilizando lo que tenía al alcance en el contexto natural más inmediato.
Eso significa que los humanos que vivieron en las cavernas ya conocían y empleaban plantas, minerales y productos animales como remedios curativos; ya preparaban infusiones de vegetales, ungüentos y cataplasmas; practicaban técnicas para cuidar de las personas y, ciertamente, también conocían y seguían conductas que favorecían la salud.
En los inicios de la Historia, sólo existía un modo de curar, aunque con las particularidades propias de cada asentamiento humano. Los saberes curativos eran custodiados por los más sabios, transmitidos por vía oral a sus descendientes y ampliados y cambiados en función de los contactos con otros pueblos. De hecho, todavía hoy, igual que antes, en todas las familias perviven costumbres y creencias relacionadas con la salud y la enfermedad que se han transmitido a lo largo de generaciones.
Eso no significa que las terapias complementarias y, entre ellas, las llamadas naturales, representen un conjunto de conocimientos antiguos, empíricos (basados en la experiencia), no científicos, no académicos (no reconocidos por los estudios oficiales). Al contrario, sus contenidos de conocimiento y sus prácticas en el arte y la ciencia de cuidar de la persona y curarla se han ido desarrollando y sistematizando durante siglos, paralelamente a la tecnificación y la investigación científica de la medicina que se conoce como convencional o oficial (llamada también medicina hegemónica o halopática).
Cuando todavía no se conocía lo suficiente el funcionamiento del cuerpo humano, la sabiduría para curar de algunas personas se confundía, a veces, con la magia. Esto comportó la persecución de los que tenían el saber de curar. Algunas personas, especialmente mujeres, fueron consideradas brujas o brujos y fueron perseguidas por la Iglesia. Todo el mundo conoce más o menos las persecuciones de la Santa Inquisición y la quema de brujas, que, en parte, no eran más que personas que conocían las propiedades curativas de las hierbas y otros remedios.
A lo largo del tiempo, el misterio de la curación y de los diferentes tratamientos para lograrla ha estado muy vinculado a las mujeres por el hecho de ser también las que conocían el misterio de acompañar y ayudar tanto en los alumbramientos como en la despedida de la vida. Las mujeres, como necesitaban unos conocimientos para preservar la vida desde sus inicios, han sido garantes de estos saberes desde la antigüedad hasta hoy, a pesar de las dificultades derivadas de la religión y de las diferencias sociales y de género.
En todas las pequeñas poblaciones, más que en las grandes ciudades, si se habla con la gente mayor, pueden darse grandes descubrimientos sobre el saber popular relacionado con el cuidado de las personas. En muchos pueblos todavía existe la persona que curaba a los estropeados, una figura próxima a los actuales osteópatas, que, del mismo modo que curaba a los animales, curaba a las personas, sobre todo cuando tenían un problema relacionado con los huesos. Es conocida, en este sentido, la ruta de las trementinaires de Tuixén, en la comarca del Alt Urgell, un recorrido que realizaban cada año algunas mujeres con el objetivo de recoger todas las hierbas curativas que iban a necesitar para las gentes de los alrededores.
Hablando e investigando, pueden encontrarse historias muy interesantes. En muchos pueblos de aquí y de allá han podido recopilarse extensos manuales de hierbas curativas que pueden contrastarse con los mejores compendios actuales de fitoterapia. Podrían darse muchos ejemplos, no sólo de hierbas, sino también, por ejemplo, de cataplasmas elaborados con otras substancias y de muchas otras acciones y prácticas para el cuidado y la cura.
Con el paso de los años, se han preservado unos conocimientos que, aunque inicialmente sólo eran empíricos (basados en la experiencia), finalmente han sido estudiados desde una perspectiva más científica, de modo que, cada vez más, se reconoce y demuestra su eficacia. Ello ha facilitado que aquellas formas de curar que, a veces, estaban escondidas, mal consideradas o perseguidas vayan siendo, poco a poco, objeto de un estudio académico riguroso y, lo que es más importante, estén empezando a confluir para complementarse unas a otras junto con los tratamientos convencionales, en un único camino para cuidar del ser humano del modo más integral posible.
ObjetivospP@)
El objetivo general de las terapias complementarias (TC) es promover un estado de salud física, mental y emocional, prevenir el viraje hacia el estado de enfermedad y paliarla, en la medida en que sea posible. De esta manera, se conseguirá la mejor calidad de vida en cualquier situación y, a través de la educación para la salud, se llegará a la mayor autonomía posible en el cuidado de uno mismo.
Más concretamente, con el conocimiento y la praxis de las terapias complementarias se podrá:
- Potenciar el equilibrio entre el cuerpo energético y el físico de la persona y trabajar, así, desde una actuación terapéutica más amplia e integral ante cualquier situación de desequilibrio.
- Promocionar una higiene corporal (mantener una postura adecuada, respirar correctamente, conservar el estado de la piel, alimentarse saludablemente...) y mental adecuadas para conseguir armonizar más al ser humano con la naturaleza que lo ha producido y el entorno en que vive.
- Evitar, en la medida en que sea posible, el contacto o el ingreso en el organismo de cualquier elemento que pueda ser nocivo para la persona y su desarrollo.
- Favorecer, mediante diferentes técnicas, la eliminación que el organismo humano a menudo inicia espontáneamente para limpiarse y restablecer sus funciones.
- Facilitar actitudes y comportamientos positivos ante la vida y las relaciones interpersonales, dando herramientas para elaborar las pérdidas, solucionar conflictos y superarse aprovechando las circunstancias más difíciles.
Los profesionales que dan consejo y asistencia a través de las herramientas diversas que aportan las terapias complementarias consideran muy importante la vertiente pedagógica e informativa de su tarea. Así, procuran explicar a los usuarios contenidos útiles para entender de una forma diferente cómo funciona el cuerpo y, sobre todo, la importancia de la interrelación entre el cuerpo, la mente y las emociones. Por otra parte, también consideran primordial ayudar a las personas a adquirir el conocimiento y la responsabilidad de cuidar de ellas mismas con el fin de poder participar de las decisiones y los tratamientos más adecuados, conjuntamente con los profesionales que les dan apoyo y ayuda.
El proceso salud-enfermedadpP@)
- Cómo actuan las terapias complementarias. Los síntomas funcionales y su valor preventivo
- La vida como una serie de etapas en un continuo de salud y enfermedad
- Consideración del factor emocional como generador de enfermedad e importancia de la energía vital como motor del ser físico y psíquico (mental)
Para entender qué son las terapias complementarias (TC), la filosofía en que se sustentan, su campo de acción y cómo, cuándo y para quién pueden ser útiles, será necesario, en primer lugar, conocer diferentes conceptos relacionados con su manera de concebir el proceso salud-enfermedad del ser humano. Por ello, a continuación se tratarán algunos conceptos clave como los síntomas funcionales, las etapas del continuo salud-enfermedad, el factor emocional y la energía vital.
Por otra parte, también se hablará de cómo estas terapias pueden complementarse con la medicina convencional. A lo largo de la vida habrá momentos en que se utilizarán sólo las terapias complementarias, otros en los que se seguirá la medicina convencional y otros en los que se combinarán las dos, según el caso y la elección de cada usuario.
La medicina oficial y las terapias complementarias consideran y practican formas diferentes de diagnosticar y de tratar la enfermedad, pero su objetivo primordial es el mismo: conseguir el máximo estado de salud para cada individuo.
En general, las terapias complementarias se basan en un conjunto de conocimientos teóricos sobre el funcionamiento del organismo humano que no considera la enfermedad como un enemigo contra el que hay que luchar y que hay que eliminar. La persona se considera una unidad formada por el cuerpo, la mente y el espíritu, de manera que el desequilibrio de cualquiera de estas partes, si no se restablece, comportará un viraje de la salud hacia la enfermedad. Es desde el conocimiento de este desequilibrio que se encontrará la manera como resolverlo. Así, pues, para saber cómo solucionar una enfermedad, en primer lugar, hay que observarla.
Las terapias complementarias se caracterizan por:
- Dar mucha importancia a un estilo de vida saludable. Una vida saludable no consiste sólo a seguir una dieta y una rutina diaria adecuadas, sino también a procurar un pensamiento y unas emociones positivas.
- Trabajar desde un contexto de conocimiento que busca el origen de los trastornos de salud, igual que la medicina oficial. A diferencia de ésta, sin embargo, las terapias complementarias inciden mucho más en la prevención, y suelen dar la misma importancia a las emociones, los pensamientos, los sentimientos y las creencias de las personas que al cuerpo, procurando que el componente físico esté en equilibrio con el mental y el espiritual.
- Tener más en cuenta cómo vive a la persona, cómo ve y experimenta la enfermedad, cómo percibe su estado de sufrimiento y, sobre todo, cuál es su actitud y su motivación para mejorar su salud.
- Considerar que, tal como reflejan muchos manuales clásicos de naturismo en los que se apoyan, la persona pierde la salud como más se aleja de la naturaleza (Lezaeta M, 1980). A pesar de reconocer los avances tecnológicos y químicos que, entre otros, han contribuido a disminuir ostensiblemente la morbilidad y la mortalidad del ser humano, no puede olvidarse el origen natural de la persona ni el hecho de que la naturaleza contiene aquello que se necesita para vivir en salud. Aprovechar los avances de la ciencia y del progreso no tiene que significar rechazar otros conocimientos y prácticas útiles. Aplicando las diversas terapias complementarias se están restableciendo unas formas de tratamiento que acercarán de nuevo el ser humano a la naturaleza que le es propia, aquélla de la cual proviene, la misma que es capaz de despertar las capacidades de autorregeneración que todo organismo vivo posee.
- Tratar el estímulo curativo desde diferentes vertientes y praxis, pero siempre con una visión holística de la persona (contemplando la totalidad del ser). Por lo tanto, dichas terapias trabajarán también en el orden de la concienciación social con respecto a todas aquellas prácticas, conocimientos y creencias individuales y colectivas que promuevan la salud en general. Y muy especialmente, para prevenir, elaborar y canalizar el malestar emocional y mental.
1. Cómo actúan las terapias complementarias. Los síntomas funcionales y su valor preventivo
El organismo humano recibe constantemente información y responde de modo distinto a diversos estímulos externos.
Un síntoma funcional es una respuesta del organismo que intenta adaptarse a estímulos que lo desequilibran (Asociación Nacional de Elementos Traza (1), 2003, 6).
Algunos factores o estímulos que pueden provocar al organismo humano y ponerlo en la necesidad de llevar a cabo un esfuerzo para reequilibrarse son:
- Los factores climatológicos, de polución, de ruido ambiental, etc.
- La predisposición, entendiendo como tal las tendencias genéticas (familiares).
- Las agresiones externas por parte de agentes que pueden infectar el organismo: bacterias, virus, parásitos, etc.
- Las sustancias tóxicas que provienen de la alimentación o de fármacos.
- Los traumatismos como los accidentes, las operaciones quirúrgicas, etc.
- El estrés psicoafectivo, profesional y social, que también genera tóxicos internos y desequilibra el sistema hormonal e inmunitario, de modo que representa un trastorno funcional muy importante.
Es necesario considerar que, entre la manifestación de síntomas funcionales, que significan la reacción del organismo ante un desequilibrio, y los propiamente patológicos tal como los entiende la medicina convencional, hay un espacio de tiempo que la medicina natural tiene mucho en cuenta para trabajar de forma preventiva.
Éste es el espacio en el que las terapias complementarias actuarán para prevenir contra el paso de lo funcional y, por tanto, perfectamente curable, a lo considerado patológico, es decir, una situación en la que el organismo tiene dificultades para volver a cómo era o funcionaba antes de haberse visto expuesto repetidamente al estímulo que lo ha desequilibrado.
Dicho de otro modo, no es lo mismo un resfriado, en el que los bronquios reaccionan con una inflamación y producen moco para limpiarse y dejar el árbol bronquial como antes de que se iniciara el proceso, que una afectación bronquial crónica como consecuencia de muchos años de tabaquismo que haya estropeado el tejido bronquial sin posibilidades de recuperar la función normal. Las terapias complementarias pueden trabajar, en este contexto bronquial y pulmonar, para promover una buena higiene del aparato respiratorio y prevenir contra los trastornos de salud bronquial permanentes; si la patología es irremediable, pueden dar soluciones para mejorar y conseguir el mayor bienestar respiratorio posible. En cualquier caso, siempre se intentará tratar la causa del problema de salud y se tendrá en cuenta la individualidad de cada persona.
El concepto de terreno orgánico también es muy importante para adentrarse en el modo de entender la salud y la enfermedad desde la perspectiva natural y el sustrato de las terapias complementarias. Se trata de la receptividad de los tejidos orgánicos de la persona a ser o no colonizados por microbios, o a ser o no alterados por varias sustancias que provienen del exterior o que el propio organismo ha generado como reacción a alguna injerencia. Es, pues, la predisposición a enfermar, que, como es bien sabido, es diferente en cada persona: no todo el mundo se pone enfermo con la misma frecuencia ni con la misma intensidad y localización de síntomas.
En tiempos de Louis Pasteur (1822-1895), químico y microbiólogo francés a quien se debe el proceso de pasteurización y el descubrimiento de algunas técnicas para desarrollar vacunas, se dio mucha importancia a los agentes externos con capacidad infectiva invasiva, pero después se vio que el terreno orgánico, es decir, la susceptibilidad a enfermar, puede ser más decisiva. Es por eso que, por ejemplo, cuando hay una epidemia de gripe, no todo el mundo la acaba padeciendo. Dicho de otro modo, cuando dentro de un vagón de metro una persona estornuda, los microbios lanzados al aire no afectan a todos los pasajeros.
El terreno orgánico ha sido estudiado por algunos médicos muy reconocidos. Es el caso de Gabriel Bertrand y Jacques Ménétrier, padres de la oligoterapia (que utiliza metales a dosis ínfimas para reequilibrar el organismo, por ejemplo, con la combinación de cobre, oro y plata para potenciar las defensas orgánicas) o de Claude Bernard, gran estudioso de la inmunidad y la receptividad a las enfermedades; a quien Pasteur, al final de su existencia, dirigió estas palabras: “el terreno lo es todo, el microbio no es nada” (Asociación Nacional de Elementos Traza (2), 2002, 13-14).
Así pues, el terreno orgánico se puede definir como la predisposición física y psíquica (mental) susceptible de provocar, en función de las circunstancias, una disfunción entre la salud y la enfermedad, la cual, si no se busca una solución, acabará derivando en una patología o una lesión orgánica (celular, de tejidos). Para hacer una buena prevención, pues, hay que aprender a conocer las propias tendencias. La aplicación de diversas terapias complementarias es útil para descubrir y reequilibrar estas tendencias.
Cuando una persona consulta al médico o la enfermera y explica que se encuentra mal, que las cosas no acaban de ser como antes, manifiesta, de hecho, síntomas funcionales subjetivos. Éstos podrán o no ser comprobados mediante resultados alterados de los análisis y otras exploraciones. Sin embargo, el hecho de que los resultados de estas pruebas sean negativos no quiere decir que no haya ningún problema, porque la persona, al quejarse, está reconociendo un aviso del cuerpo con síntomas no necesariamente comprobables, pero igualmente importantes, a los que las terapias complementarias podrán aportar soluciones preventivas.
También hay síntomas menos subjetivos que pueden medirse o evidenciarse de alguna manera, como las sensaciones subsiguientes a una tensión alta, una taquicardia (aumento de la frecuencia cardiaca), un broncoespasmo (estrechamiento de la luz de los bronquios), sudores profusos sin motivo aparente, algunas inflamaciones e infecciones, malestares digestivos... Se podrían enumerar muchos más. Todos ellos son síntomas que la persona define con sensaciones subjetivas, que se pueden observar mediante alguna exploración, pero todavía no objetivables con la demostración de una lesión de los tejidos orgánicos.
En definitiva, es recomendable dar importancia y consultar al médico y a la enfermera si se tienen pequeñas molestias y disfunciones con el fin de tratarlas, cuanto antes mejor, de manera adecuada, y poder disfrutar del mejor bienestar posible: físico, mental y emocional. Hay que tener presente que las terapias complementarias tienen más capacidad resolutiva cuanto menos deteriorada esté la salud de la persona.
2. La vida como una serie de etapas en un continuo de salud y enfermedad
Cualquier persona, a lo largo de su vida, pasa por varios estados que se han definido como salud o enfermedad. El paso de un estado al otro es una transición. La verdad, sin embargo, es que es difícil que una persona tenga un estado de salud completo en todos los ámbitos (físico, mental, emocional) o que esté enferma en toda su expresión vital. La observación demuestra que hay etapas en las que las personas tienden más a enfermar.
En la niñez, la adaptación al mundo y a la vida provoca muchas reacciones adaptativas que, en general, se traducen en enfermedades banales (leves). En la adultez, las enfermedades van siendo más estructurales (más profundas). Cuando se llega a la vejez, empiezan a ser más frecuentes las enfermedades degenerativas. Pero esto no siempre es así en todas las personas.
Normalmente, más bien se fluctúa periódicamente entre momentos de bienestar y otros en los que el malestar puede llegar a ser lo bastante importante como para que sea diagnosticado por parte de los profesionales de la salud. Por eso se hablará de un continuo entre los dos estados por los que pasa el ser humano (salud-enfermedad).
Con el fin de profundizar más en este concepto, resultará ilustrativo hacer referencia a la tabla de seis fases del doctor Reckeweg. Hans-Heinrich Reckeweg nació a principios del siglo pasado en Alemania. Fue un médico muy interesado en la anatomía, la fisiología y la química del organismo. Trabajó como homeópata y desarrolló estudios desde una perspectiva específica (Reckeweg H-H, 1992; 5-21).
Reckeweg consideraba que todos los procesos que normalmente se conocen como enfermedades eran, por una parte, la expresión de la defensa contra homotoxinas endógenas y exógenas (sustancias tóxicas generadas por el organismo o por agentes externos) y, por otra, el resultado del esfuerzo del organismo para compensar los daños ya ocurridos. En cualquier caso, consideraba que los sistemas corporales siempre intentarán preservar la vida tanto como sea posible de acuerdo con los mecanismos y las etapas que se explicarán a continuación.
Cuándo Reckeweg hablaba de homotoxinas se refería a sustancias de diversos orígenes que son nocivas para el organismo humano si éste no las puede rechazar por sus mecanismos fisiológicos naturales, unos mecanismos que el cuerpo humano pone en marcha para lavarse por dentro y eliminar los venenos. La mayoría de las enfermedades banales (aquéllas en las que no peligra la vida) serían, pues, reacciones de autolavado y auto-reparación. Así, por ejemplo, la inflamación de la mucosa y la segregación más abundante de mucosidad son reacciones ante un resfriado, una gastroenteritis banal, una irritación de la vejiga urinaria, etc. En estos casos, el organismo de la persona sana puede restablecer el estado de las mucosas, y la inflamación desaparece una vez hecha la eliminación necesaria.
Reckeweg diseñó una tabla con las seis fases por las que él consideraba que toda persona pasaría a lo largo de la vida:
- Excreción. Secreción y eliminación normales por parte de cualquier sistema o tejido orgánico. Es el funcionamiento de cada sistema y su automantenimiento. En esta fase se puede promocionar la salud con las herramientas que proporcionan las terapias complementarias, entre otras.
- Inflamación. Reacción para eliminar tóxicos que fastidian. En este momento se puede acompañar adecuadamente al organismo en su proceso eliminador mediante las herramientas adecuadas que proporcionan las terapias complementarias para este caso (dieta curativa y drenadora, higiene de mucosas, etc.). El organismo tiende a volver a la normalidad una vez acabada la tarea de limpiarse y reequilibrarse.
- Deposición. Hay demasiados tóxicos o incapacidad para eliminarlos y el organismo los deposita. Eso ocurre cuando el cuerpo va perdiendo la capacidad reactiva (fase 2) y empieza a depositar las toxinas. Lo hace, primeramente, en las partes de los órganos que no comprometen su funcionalidad y en tejidos blandos como, por ejemplo, diferentes zonas del tejido conjuntivo. Hay tratamientos supresores de síntomas que pueden contribuir a esta deposición porque detienen la eliminación natural.
- Impregnación. El depósito de tóxicos es tan importante que el organismo difícilmente puede reaccionar para eliminarlos y tiene dificultades para mantenerlos bajo control. Entonces empiezan a penetrar los tejidos en profundidad. A esta fase se llega, normalmente, con el paso de los años o con la suma de tratamientos y de actuaciones que no han permitido al organismo desarrollar sus capacidades autocurativas, pero también según la predisposición mórbida (la tendencia a enfermar) de cada persona.
- Degeneración. La importante impregnación mantenida por parte de toxinas diversas acaba estropeando los tejidos y, por tanto, los órganos pierden su función y empiezan a degenerar. Eso tiende a complicar, por extensión, a otros órganos y acaba en un estado de enfermedad sistémica (que afecta a una gran parte o a todo el organismo de la persona).
- Neoplasma. Ya no es posible detener la degeneración, que puede iniciar procesos de cáncer. Es, según la teoría de Reckeweg, el último estadio en la vida de la persona. Sin embargo, son conocidos casos de personas que, a pesar de llegar a este nivel de enfermedad, han podido superarlo y sanar con la ayuda de todos los recursos posibles de cualquier tipo (medicina convencional y terapias complementarias). Desgraciadamente, hay personas que llegan a esta fase durante la niñez.
Estas fases que acaban de exponerse pueden tener lugar, como se ha dicho, en cualquier tejido del cuerpo humano. El paso de unas a otras no va al mismo ritmo en las diferentes partes corporales. Cada persona tiene unas tendencias constitucionales diferentes, pero, en general, las reacciones de autolimpieza del organismo acostumbran a aparecer desde las capas embrionarias (capas iniciales del embrión humano que dieron lugar a los diferentes órganos y partes del cuerpo) más exteriores hacia las más interiores. Eso quiere decir que un cuerpo joven acostumbra a realizar sus primeras reacciones en el aparato respiratorio, el digestivo y la epidermis.
Es cierto que no se puede alargar la vida indefinidamente. También es constatable que hay líneas familiares que disfrutan de una constitución más sana y longeva y otras que tienen una historia vital más débil y enfermiza. Además, es posible que una persona sana que lleve una vida saludable y tenga al alcance todos los recursos útiles disponibles vaya cambiando de etapa en función del desgaste de su cuerpo y acabe la existencia con muchos años y el organismo poco impregnado de toxinas.
Sea cual sea la circunstancia de cada uno, desde la perspectiva del doctor Reckeweg es importante procurar mantener el organismo en las tres primeras fases tanto tiempo como sea posible. Los tratamientos complementarios quieren lograrlo procurando, siempre que sea posible, resolver síntomas sin suprimirlos, lo que no quiere decir que haya que rechazar los tratamientos convencionales cuando sean necesarios.
3. Consideración del factor emocional como generador de enfermedad e importancia de la energía vital como motor del ser físico y psíquico (mental)
Hasta ahora se ha hablado de la parte más física y material de la persona, a pesar de que, desde la perspectiva de las terapias complementarias, no es la más importante en la génesis de la enfermedad. Ahora hay que adentrarse en el mundo de las emociones humanas y de la energía que las sustenta para poder acabar de captar y entender los conceptos y la filosofía de las terapias complementarías.
Quien más quien menos se ha encontrado alguna vez mal o no lo bastante bien, sin poder explicar exactamente qué le pasa. En este momento, las exploraciones y las pruebas complementarias, seguramente, no pueden evidenciar ninguna alteración orgánica, pero la persona sigue sintiéndose mal. No hay dolor físico (a veces sí), pero puede estar sintiendo mucho dolor: ¿dolor del espíritu?, ¿del alma?, ¿cómo puede llamarse? Es aquella parte del ser que no se ve pero que está, aquella parte que abandona el cuerpo cuando las personas mueren. Es el cuerpo energético, que, a pesar de no verse, se muestra y se manifiesta a través de las emociones.
Si a aquella persona que está mal se le preguntara cuándo y cómo empezó este estado de falta de confort general, o bien si puede relacionarlo con algo, quizás hablando y pensando llegue a alguna conclusión. Se pueden imaginar algunas expresiones que aquella persona podría verbalizar: “desde que tuve un gran susto cuando mi hijo pequeño se accidentó”, “desde que en el trabajo pasó tal cosa”, “desde que me discutí con mi padre”, “desde que rompí con la pareja”, “hacía tiempo que sólo me pasaban cosas y tenía disgustos, una mala racha”, “desde que supe que...”, “estaba triste, sin ánimos,” etc.
Cada persona puede explicar situaciones a partir de las que empezó a tener síntomas. Son situaciones que generaron estados emocionales que la desequilibraron, que se quedaron como enquistados, es decir, que no pudieron elaborarse en su momento y que siguen produciendo dolor y sentimientos.
Todo ser humano, en su adaptación a la vida, al mundo y a su relación con los demás, desequilibra y reequilibra constantemente las emociones. En realidad, las emociones siempre existen, fluctúan como la energía, porque son una expresión de ella. El ser humano no puede existir sin sentir. Toda experiencia vital comporta un sentimiento más o menos agradable, más o menos constructivo, más o menos útil para el desarrollo personal.
Las emociones son el sustrato energético de la expresión de lo que el ser humano completo (biopsicosocial) siente cuando el organismo funciona e interactúa. Son expresión anímica o espiritual de todas las reacciones químicas y conducciones eléctricas que tienen lugar en él. Son la parte que no se ve, que sólo se siente, se nota; y que la corteza cerebral permite pensar, reflexionar, explicar y recrear. Las emociones son tan potentes que pueden modificar la parte biológica del organismo y sus funciones habituales, de modo que se generen síntomas físicos.
Igual que el dolor derivado de una enfermedad puede generar emociones como el miedo, la inseguridad, la desconfianza, la desesperanza, la rabia o la culpa, las mismas emociones, originadas por motivos no físicos, y no elaboradas convenientemente, pueden generar, con el tiempo, una enfermedad física.
Edward Bach (1886-1936) fue un gran estudioso de las emociones del ser humano. Después de haber llegado a ser un gran médico muy famoso en la Inglaterra de comienzos del siglo pasado, abandonó todos los conocimientos previos de la medicina clásica para llegar a concluir que toda enfermedad era consecuencia de las emociones. Nora Weeks, gran conocedora de Bach, habla de su filosofía con estas palabras: “... cualquier perturbación de la mente, como una preocupación, miedo o depresión continuos, no sólo tendría como resultado una pérdida de la paz y de la serenidad, sino que se comunicaría al cuerpo, a través de los nervios, y provocaría la desorganización del funcionamiento correcto de los órganos y la pérdida de tono y de vitalidad en los tejidos" (Weeks N, 1993, 50).
Desde la filosofía sobre la salud y la enfermedad que legó Edward Bach, un practitioner (persona facultada por el Centro Bach de Inglaterra para ejercer como terapeuta del sistema Bach) escribió: “Los síntomas físicos son el último recurso del espíritu, y ponen de relieve el desacuerdo emocional para que nos fijemos en él y lo tratemos” (Boletín Practitioner, 2001, n.37/3). Esta reflexión subraya un par de aspectos importantes. En primer lugar, la importancia de las emociones como antecedentes y precursoras de enfermedad, como acaba de apuntarse; en segundo lugar, el entender las emociones de falta de confort como un aviso. Y, como dice el dicho popular, quien avisa no es traidor. Dicho de otro modo, el cuerpo siempre avisa, a través de las emociones, y pone de manifiesto los cambios en su energía vital.
Las emociones no siempre saben expresarse, a menudo no se comparten, no se habla mucho de ellas. A veces, cuesta que las personas expliquen que están tristes, que muestren el dolor, la frustración, la envidia, el miedo, la inseguridad, la impotencia, la rabia... cualquier sentimiento que les cause malestar anímico. Por otra parte, la expresión emocional también es un hecho cultural.
Desde las terapias complementarias, se considera que, para poder vivir en salud, también es importante manifestar las emociones, mostrarlas, compartirlas, no esconderlas y negarlas, sino elaborarlas y canalizar la energía negativa (inconveniente, desfavorable para la persona) para convertirla en energía útil y saludable.
Por ejemplo, es muy común oír hablar de contracturas musculares. Si bien es cierto que, por un sobreesfuerzo breve, los músculos pueden sufrir una contracción más o menos permanente o contractura, es decir, quedarse duros y doloridos, también es bastante habitual que este hecho se dé a partir de un estado emocional de sufrimiento agudo o sostenido o como consecuencia de actitudes emocionales poco saludables, como la rigidez mental hacia uno mismo o hacia los demás, la impaciencia, la intolerancia, la tiranía, el control manipulador, etc.
Cuando la tensión emocional se mantiene en el tiempo y no se relaja, empiezan a aparecer, por diferentes vías, trastornos mentales o físicos. Así, por ejemplo, las emociones que provocan la contracción de algunos músculos de la espalda pueden acabar acortando los espacios intervertebrales de la zona y, a la larga, comprometer las raíces nerviosas que provienen de la médula. Como consecuencia, tarde o temprano, si no se pone remedio, los órganos que dependen de aquella inervación se verán afectados en sus funciones.
Por otra parte, si se estudian los mecanismos bioquímicos del estrés, se puede entender cómo las emociones, desde el cerebro medio, desencadenan cambios hormonales que, si no se reequilibran, acaban influyendo en los diferentes sistemas orgánicos y alteran de manera importante la inmunidad, lo que puede comportar muchos perjuicios. En definitiva, un sistema emocional saludable promueve la salud general del individuo.
La relación entre el componente físico, el emocional y el mental se establece a partir de la energía. Así, el primer trastorno siempre es energético y da paso a una manifestación psicoemocional, cuyo tratamiento puede prevenir la enfermedad física, evitar tratamientos más agresivos y reducir la medicación (Torres, 2006, 227). En este orden y con esta prioridad, las terapias complementarias trabajan promocionando la salud y previniendo la enfermedad.
En resumen, los sentimientos de las personas siempre se manifiestan con unas actitudes ante la vida y las relaciones con el entorno y con los demás. El que estas actitudes sean positivas o negativas va a condicionar el bienestar o el malestar emocional de la persona, su energía positiva o negativa (favorable o desfavorable, conveniente o inconveniente) –en definitiva, su estado de salud o de enfermedad. Porque, en conclusión, el sentimiento y la actitud afectan a la bioquímica del cerebro, y éste es el que dirige al cuerpo material.
La siguiente ilustración muestra la dinámica por la que todo se inicia con una alteración energética que provoca un trastorno psíquico (mental) que, a su vez, se manifiesta con un síntoma funcional que acabará por ocasionar, si no se remedia, una lesión orgánica.
Ver imagen: Como las emociones desfavorables pueden generar enfermedad
Esta aportación de la teoría energética de la enfermedad y del abordaje emocional en la prevención es quizás lo más destacable y diferente que las terapias naturales y complementarias pueden ofrecer. Por otra parte, hay que tener presente que muchas de estas terapias también actúan en el ámbito químico o físico. En realidad, de la misma manera que los diferentes aspectos del ser son indisociables, no puede considerarse que una terapia actúe sólo en un ámbito. Más adelante, se presentará una clasificación, según el ámbito sobre el que actúan, de algunas de las diferentes terapias complementarias para intentar restaurar el equilibrio y la armonía de cuerpo, la mente y el espíritu.
Consejos de la enfermera
RespirarpP@)
Cada vez que respiramos no sólo se produce un intercambio de oxígeno y de dióxido de carbono (CO2), sino que también se movilizan la energía y las emociones. Por eso, las terapias complementarias (TC) hacen las siguientes indicaciones:
- Es preferible hacer una respiración lo más completa, amplia, profunda y lenta posible, ya que produce efectos beneficiosos a todos los niveles: cuanto más lentamente se respira, más lenta es la frecuencia cardiaca, y la persona se siente más tranquila y relajada.
- Se recomienda la ventilación diafragmática, ya que es el tipo de respiración que moviliza más cantidad de aire.
- Alargar la fase de expulsión del aire con respecto a la de inspiración favorece la relajación.
- Algunas creencias, como que el hecho de que aguantar la respiración cuando se tiene hipo contribuye a eliminarlo, son erróneas. Es más útil y saludable hacer respiraciones diafragmáticas bien profundas.
- Algunas personas hacen respiraciones de predominio torácico para disimular un abdomen prominente, cosa que sólo contribuye a aumentarlo, ya que no se ejercita la musculatura abdominal.
- Con el fin de realizar un intercambio óptimo de gases en la sangre y para mejorar la eliminación en la vía respiratoria, se debe mantener durante unos momentos el aire en los pulmones y aplicar el consejo de los puntos anteriores.
- Se recomienda hacer ejercicios respiratorios e intentar automatizarlos e integrarlos en las actividades de la vida diaria.
- Respirar correctamente puede ser un buen reequilibrador emocional y, por tanto, un comportamiento promocionador de salud.
- Es útil saber identificar los bloqueos respiratorios, ya que son manifestaciones de bloqueos emocionales; reconocerlos, por tanto, puede servir para prevenir enfermedades.
- Se debe intentar ir a menudo a lugares donde se pueda respirar aire no contaminado.
- Hay que llevar a cabo ejercicios respiratorios durante el preoperatorio y el postoperatorio: antes de la intervención quirúrgica, para favorecer la relajación y para disminuir el miedo y la ansiedad, y, después de la operación, para ayudar a eliminar la anestesia y favorecer el bienestar general.
Se recomienda tener en cuenta todos los consejos generales, que permitirán adoptar medidas saludables en relación con la actividad de la vida diaria de:
Comer y beberpP@)
Las terapias complementarias (TC) tienen en cuenta algunos aforismos, como “Somos lo que comemos” y “Que tu alimento sea tu medicina”, ya que las transgresiones dietéticas pueden causar enfermedad e ir en contra del estado natural de equilibrio atenta contra la salud natural.
Desde este punto de vista, es importante alimentarse siguiendo las proporciones de alimentos recomendadas por la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), representadas en los gráficos siguientes:
Ver imagen: La rueda de los alimentos
Ver imagen: La rueda antioxidante de los alimentos
Los alimentos que aparecen en esta segunda rueda son importantes porque promueven, más que otros, la limpieza y el buen estado de los tejidos; esto hace que no se acumulen en ellos toxinas y que se mantengan funcionalmente jóvenes y activos, lo que favorece una buena salud para todo el organismo.
Respecto a la alimentación vegetariana (sin carne, ni pescado ni otros alimentos de origen animal) y siempre que se respeten las proporciones necesarias de principios inmediatos (hidratos de carbono, proteinas y grasas) y vitaminas y minerales, también puede resultar ser una alimentación saludable para qualquier edad.
Ver video: Indicaciones médicas de la dieta vegetariana y niveles de evidencia
Las terapias complementarias (TC) hacen las siguientes indicaciones:
- Es importante el ambiente del lugar donde se come: debe tener un mobiliario a medida, tanto para niños como para adultos, y los utensilios tienen que ser adecuados. Comer de pie o mientras se anda no permite disfrutar de la comida y dificulta la digestión.
- Preferiblemente, sólo se debe comer cuando se tiene hambre y después de haber digerido la anterior comida. Si se come cuando se tiene sed y se bebe cuando se tiene hambre, el organismo puede sufrir diferentes desequilibrios.
- Saltarse comidas, comer continuamente o hacer una comida ligera y una cena copiosa, puede generar problemas de salud. Hay que tener en cuenta que los desajustes alimenticios, como comer en exceso por motivos emocionales o no comer por motivos estéticos o trastornos psicológicos, son patologías sólo de la especie humana.
- También debe tenerse en cuenta que saltarse una comida no evita engordar, sino todo lo contrario, ya que el cuerpo se defiende acumulando.
- Durante las comidas se debe masticar a un ritmo moderado, ni demasiado rápido ni demasiado lento. Además, debe tenerse en cuenta que, si se mastica con amor, el sabor de los alimentos es más intenso: la sensación del gusto no se origina en la comida, sino en la experiencia de la persona que come.
- Hay que procurar que los líquidos que bebemos sean saludables y, sobre todo, que no contengan un exceso de calorías vacías. El agua, los caldos vegetales y las infusiones son las mejores bebidas para cuando sólo tenemos sed.
- Cada persona tiene necesidades hídricas diferentes en función de su individualidad, salud y alimentación. Así, por ejemplo, no siempre es saludable beber grandes cantidades de agua.
- Tomar café o té con el estómago vacío puede quitar la sensación de hambre, pero también puede bloquear la capacidad de digestión. También la puede bloquear tomar tragos de agua grandes justo antes o después de las comidas. En cambio, mientras se come, es recomendable tomar tragos de agua pequeños para favorecerla.
- Lo más saludable es comer productos autóctonos, de temporada y poco manipulados, y cocinar productos frescos más que consumir alimentos congelados o precocinados.
- Es recomienda cocinar y condimentar de manera saludable en utensilios y envases que no contaminen.
- Siempre que sea posible, se deben evitar alimentos que contengan aditivos y productos muy refinados. Es preferible consumir productos integrales.
- A veces, se confunden los deseos y las emociones con las necesidades del cuerpo. Un ejemplo de ello sería el caso de una persona que come chocolate y otros dulces cuando se siente triste.
- En caso de enfermedad aguda y, sobre todo, de fiebre alta, se recomienda no comer proteínas durante unos días, seguir una dieta blanda a base de hidratos de carbono de absorción lenta e hidratarse con bebidas saludables con el fin de favorecer la eliminación de toxinas del organismo.
- Los productos lácteos son una fuente muy importante de calcio y de otros nutrientes necesarios, pero no deben consumirse en exceso, ya que, generalmente, tienden a provocar mucosidad en el organismo humano. Por eso, cuando hay mucosidades o cuando se tiene tendencia a tener no se recomienda consumir productos lácteos ni tampoco frutas ácidas. También hay que estar alerta con posibles intolerancias a estos productos, porque, en ocasiones, pasan desapercibidas y pueden generar enfermedades.
- Cuando una persona tiene síntomas como picores, nerviosismo, alteraciones en la piel, alteraciones digestivas, mal humor, dolor de cabeza, pérdida o ganancia de peso sin motivo aparente, etc. sin objetivar ninguna patología concreta, convendría estudiar la posibilidad de que sufra alguna sensibilidad alimenticia desconocida.
Se recomienda tener en cuenta todos los consejos generales, que permitirán adoptar medidas saludables en relación con la actividad de la vida diaria de:
Moverse y mantener una postura corporal correctapP@)
Mover el cuerpo implica también una movilización del cuerpo energético de la persona. Con el movimiento, se entra en contacto con el universo y se siente como se modifica el espacio cuando lo ocupamos, aunque sea sutilmente. Como el movimiento alimenta el sistema nervioso y activa la energía, hace que se mejore la concentración y la resistencia al estrés y aumente el sentimiento de felicidad. Por eso, las terapias complementarias (TC) hacen las siguientes indicaciones:
- De igual manera que cada día se come, se debería hacer también actividad física suave, como, por ejemplo, andar, repasar todos los recorridos articulares posibles de manera simétrica y realizar algún estiramiento, con los ejercicios de respiración adecuados.
- Hay que mantener el sistema musculoesquelético en buenas condiciones, ya que las limitaciones y los dolores articulares y de las partes blandas interfieren en la vida diaria y afectan al estado emocional.
- Hacer ejercicio muy a menudo o de manera muy intensa no mejora más la condición física, sino que puede ser perjudicial. Hay que tener en cuenta, también, que el ejercicio físico que fomenta la competitividad no es el más adecuado para mantener un buen estado de salud.
- Hay que encontrar el equilibrio adecuado entre la potenciación, la relajación y los estiramientos musculares, y entre reposo y movimiento.
- Se recomienda hacer ejercicio en silencio o con música relajante y en espacios con el aire lo menos contaminado posible. Así, pues, hacer ejercicio en un entorno urbano contaminado no es la mejor opción.
- Cuando se hace ejercicio, no debe olvidarse mantener una higiene correcta y hacer prevención postural. No todos los tipos de ejercicio son buenos para todo el mundo, así, pues, cada persona tiene que buscar la disciplina más adecuada para su organismo.
Actividad física
Se recomienda tener en cuenta todos los consejos generales, que permitirán adoptar medidas saludables en relación con la actividad de la vida diaria de:
Reposar y dormirpP@)
Los beneficios de dormir de manera saludable son equiparables a los de comer sano, porque mientras dormimos se alimentan el cuerpo, la mente y el sistema nervioso. La persona que descansa correctamente mejora la inmunidad, la fuerza, la resistencia, la vista y la complexión del pelo y de la piel, regenera los órganos internos, y, por tanto, promueve la longevidad. Por eso, las terapias complementarias (TC) hacen las indicaciones siguientes:
- Se recomienda dormir a oscuras en una habitación lo más silenciosa posible. La cama debe estar orientada con el cabezal hacia el norte y no se debe situar ni encima de corrientes subterráneas ni cerca de redes eléctricas importantes u otras fuentes de contaminación electromagnética. La ropa de cama tiene que ser lo más ligera y natural posible. Y también es importante que los colores de las paredes de la habitación, el mobiliario y las cortinas sean los más adecuados.
- Hay que mantener un ritmo de sueño adecuado de acuerdo con el fotoperiodo, que es el ritmo luz/oscuridad que viene dado por el movimiento de la tierra alrededor del sol.
- En verano, se recomienda hacer la siesta para compensar un fotoperiodo largo; en cambio, en invierno, a la hora de la siesta, se debe descansar pero sin dormir. Además, hay que tener en cuenta que las siestas largas no son saludables y engordan.
- Es más importante dormir durante la noche que el número de horas de sueño. Si no es posible, es preferible dormir antes de comer y no después, para evitar que la persona se sienta pesada.
- Debe evitarse consumir productos que contengan estimulantes para mantenerse despierto, como algunas bebidas con cafeína, guaraná o algunos fármacos, si no es algo imprescindible, ya que desgastan la energía no renovable de la persona.
- Debe tenerse en cuenta que cada persona tiene unas necesidades y unas características de sueño diferentes, en función de su tipología.
- El sueño es un hábito que se educa y se adquiere desde la primera etapa de la vida. Por eso, es muy importante respetar unas condiciones mínimas de oscuridad y silencio y enseñar a disfrutar del reposo, para que tanto niños como adultos tengan un sueño reparador.
Se recomienda tener en cuenta todos los consejos generales, que permitirán adoptar medidas saludables en relación con la actividad de la vida diaria de:
EliminarpP@)
Es importante mantener limpio el entorno de los tejidos para mantenernos sanos. Las terapias complementarias (TC) dan mucha importancia a la eliminación de los productos metabólicos de rechazo, ya que es esencial para el correcto funcionamiento de los diferentes órganos y para mantener el cuerpo limpio. Por eso, las terapias complementarias hacen las indicaciones siguientes:
- No debe ignorarse el estímulo de orinar o no defecar cuando se tienen ganas. Respetar el ritmo del cuerpo ayudará a la persona a evitar problemas renales, como, por ejemplo, las infecciones de orina, y a mantener el tono muscular adecuado de los intestinos.
- Hay que evitar el uso de desodorantes que bloquean la producción de sudor. El sudor es uno de los sistemas de eliminación de agua que tiene también las funciones regular la temperatura corporal y mantener la flora de la piel y la elasticidad. Las diferencias en la cantidad y el olor del sudor dependen del tipo de alimentación, de la temperatura ambiente, de los líquidos ingeridos y de la tipología de cada persona.
- Debe vigilarse que haya una relación de coherencia entre la ingesta de líquidos y su eliminación a través de la orina. La cantidad de orina depende de los líquidos ingeridos, de la dieta, de la temperatura ambiental, del estado mental, de las condiciones físicas y tipología de la persona. Debe tenerse presente que los diuréticos no adelgazan. Por lo tanto, forzar la eliminación de líquidos para adelgazar no es ni operativo ni saludable.
- Debe respetarse el ritmo deposicional de cada persona, aunque la evacuación tendría que ser diaria y, preferiblemente, por la mañana. Las características de los excrementos también dependen de las diferencias individuales mencionadas.
- Se debe tener en cuenta que cualquier producto con finalidad laxante que irrite la mucosa intestinal, como, por ejemplo, las hojas de sen, resulta nocivo. Si se toma fibra como laxante, hay que acompañarla con líquidos para evitar la obstrucción del tránsito.
- Hay que tener en cuenta que expresar emociones también es una forma de eliminación, ya que, de esta manera, se liberan tensiones de origen diferente y se restaura, en parte, el equilibrio energético.
- Se debe considerar la respiración como otra vía de eliminación, ya que una espiración profunda y sostenida sirve para desbloquear emociones y tensiones. Además, la espiración también es una vía de salida del aire que respiramos (del dióxido de carbono y de algunos tóxicos) y de líquidos.
Se recomienda tener en cuenta todos los consejos generales, que permitirán adoptar medidas saludables en relación con la actividad de la vida diaria de:
Evitar peligros y prevenir riesgospP@)
Para evitar peligros y prevenir riesgos, es importante mantener una nutrición física y emocional adecuada y tener la información necesaria para obtener recursos que permitan a la persona cuidar de ella misma.
Las personas siempre intentan encontrar la felicidad, pero el entorno no siempre es capaz de proporcionarla; si la persona puede conectar con su interior y busca la paz interna, conseguirá la felicidad. Por eso, las terapias complementarias (TC) hacen las siguientes indicaciones:
- La meditación es muy importante, porque calma la mente, la alimenta, purifica el sistema nervioso y proporciona conocimiento, serenidad y alegría a un nivel más profundo. Por tanto, es una de las técnicas que proporciona la paz interior y la serenidad necesarias para enfrentarse al mundo actual. La mente sólo puede rejuvenecerse en silencio, cuando hay una ausencia completa de pensamiento y de agitación.
- Se recomienda practicar técnicas de respiración, de relajación, yoga y tai-chi, ya que proporcionan calma mental.
- Deben practicarse disciplinas que relajen la mente, como las que se proponen en los dos puntos anteriores, porque promueven la capacidad de la persona de estar alerta y reaccionar rápida y adecuadamente a cualquier situación que le pueda perjudicar.
- Conocer es prevención. Por tanto, siempre que se dé una situación nueva o haya un cambio importante en la vida, hay que buscar toda la información posible para promover la salud y prevenir la enfermedad en la nueva situación, ya sea por un cambio de vivienda, de trabajo o de pareja, por ejemplo.
- Los adultos que cuidan de niños tienen que conocer los peligros más habituales de esta etapa para poder prevenirlos de riesgos específicos.
Infancia: factores y conductas de riesgo
Se recomienda tener en cuenta todos los consejos generales, que permitirán adoptar medidas saludables en relación con la actividad de la vida diaria de:
Comunicarse e interactuar socialmentepP@)
La comunicación y la interacción social son importantes para todas las personas, pero hay que tener en cuenta que hay diferencias culturales importantes en la expresión de emociones y en las relaciones interpersonales. En cualquier caso, debe tenerse en cuenta que no puede haber una buena comunicación si no hay respeto. Por eso, las terapias complementarias (TC) hacen las siguientes indicaciones:
- Se debe considerar y respetar la distancia personal en la interacción personal, que varía según la relación de proximidad y la cultura.
- Hay que dialogar respetando el turno de palabra. Hay un ritmo óptimo emisor/receptor en los diálogos, que se aprende durante el periodo de lactancia, con los intervalos entre succiones, el ritmo con que se producen estas succiones y con la intercomunicación madre-bebé o bebé-alimentador.
- Durante una conversación hay que estar al 100 %: hay que escuchar el interlocutor para ser escuchado, mirarlo atentamente y percibir todo aquello que va más allá de las palabras.
- Hay que adecuar el lenguaje corporal y gestual al lenguaje verbal para conseguir una coherencia en la comunicación. Decir las cosas de manera agradable es más saludable para todo el mundo.
- También debe tenerse presente que quien más ríe no es más alegre, ni quien más habla no es más simpático. Para tener una buena salud mental, es importante respetar el silencio y la textura emocional ambiental.
- La expresión verbal y gestual de los sentimientos, de las preocupaciones, etc. es, también, una forma de eliminación muy importante para hacer higiene mental y del espíritu; por tanto, estas expresiones no se deben reprimir. No aceptar la tristeza, hacer ver que se está contento o disimular los sentimientos desgasta inútilmente la energía y, a la larga, pasa factura.
- Hacer tertulia favorece la salud. El ser humano es gregario y social, es decir, necesita el contacto con otros seres humanos. Comunicarse no quiere decir sólo hablar para transmitir información, para solicitar algo o para saludar; las personas se comunican por placer, como si fuera una actividad lúdica.
- Cuando se visita una persona enferma, hay que evitar las conversaciones sobre las enfermedades de los otros. El enfermo es el protagonista y minimizar su padecimiento no la ayuda.
- La libertad de cada uno acaba donde comienza la de los demás. Por lo tanto, deben respetarse los espacios donde se coincide con otras personas. Se entiende como espacio el físico y material, pero también el ideario mental y el sentimiento anímico más íntimos que, aunque menos tangibles, cada persona vive también como un espacio en el que se necesita respeto.
Se recomienda tener en cuenta todos los consejos generales, que permitirán adoptar medidas saludables en relación con la actividad de la vida diaria de:
Trabajar y divertirsepP@)
Disfrutar de la vida y compartirla o divertirse con los otros, sin renunciar a un espacio propio, es tan necesario como trabajar. El trabajo es bueno cuando no sólo facilita la subsistencia sino que también contribuye a la realización personal de cada uno, sin privar a la persona del tiempo de ocio. Por eso, las terapias complementarias (TC) hacen las indicaciones siguientes:
- Hay que tener siempre en cuenta que el trabajo es un medio para vivir, no es la vida. Hay que encontrar un equilibrio entre el tiempo que dedicamos al trabajo y el tiempo para las tareas personales, para que también haya espacio para estar con la familia y los amigos.
- Así, es importante encontrar un estado de equilibrio, ilustrado por la frase siguiente: “Primero la obligación y después la devoción”. Las obligaciones de una persona no tienen relación sólo con su productividad social (tareas laborales), sino también consigo misma. Hacer el trabajo con amor no significa adicción a él. Sin embargo, también es cierto que no todo el mundo tiene la misma escala de valores y esto debe respetarse.
- En la medida que sea posible, se recomienda que haya una cierta coherencia entre el trabajo y la ideología y las habilidades naturales de la persona. Se aconseja realizar un trabajo en que la persona pueda disfrutar.
- Es importante que el ambiente de trabajo, tanto el factor humano como el físico (la temperatura, la luz o el ruido), sea saludable y adecuado. De esta manera, se consigue un mejor rendimiento, una mayor satisfacción personal y mantener un estado de salud óptimo.
- Debe tenerse en cuenta que el objetivo de las personas no es sólo disfrutar del cuerpo y de los sentidos, sino también controlar las emociones negativas, como la ira, la envidia, los celos o el miedo, y reforzar emociones nobles, como el amor, la compasión, el perdón o la verdad.
- Es necesario conseguir un equilibrio entre disfrutar en compañía y no perder el espacio individual. El espacio personal individual es muy necesario para la armonía de la persona y para adaptarse a cualquier medio social.
- Es muy importante educar a los más pequeños en el placer del trabajo bien hecho, la disciplina para conseguirlo y el autorespeto para procurarse un descanso y un ocio óptimos.
- Para divertirse no es necesario hacer grandes ni cosas ni muy costosas. Las diversiones más grandes del mundo son gratuitas. Las cosas más sencillas pueden producir los más grandes placeres.
Se recomienda tener en cuenta todos los consejos generales, que permitirán adoptar medidas saludables en relación con la actividad de la vida diaria de:
Tópicos y conductas erróneaspP@)
A menudo las personas se mueven siguiendo un conjunto de ideas populares que se han convertido en tópicos y que, muchas veces, conducen a un comportamiento erróneo. Hay de muy diversas, según los diferentes grupos socioculturales. A continuación se presentarán algunas, relacionadas más directamente con las terapias naturales y complementarias.
- “No solo sirven para cuando se está poco enfermo o para cuando ya no hay nada que hacer”. Desgraciadamente, su desconocimiento hace que las personas que a menudo las utilizan estén en el segundo supuesto. O que solo se recurra a ellas para situaciones banales. La realidad es que son una potente herramienta preventiva, muy efectivas en las disfunciones integrales de la persona y siempre de gran ayuda incluso cuando las terapias más convencionales ya no tienen respuesta.
- “Son placebos y funcionan por sugestión”. Si fuera así no serían tan eficientes en niños, por ejemplo. El efecto placebo (o efecto de sugestión) existe en todos los estudios médicos y farmacológicos que se han llevado a cabo. De hecho, se considera que entrar a formar parte de un estudio farmacológico ya mejora la sintomatología de la enfermedad. Pero tenemos una base científica que demuestra los efectos de los tratamientos que se aplican de la misma manera que hay explicaciones sobre los tratamientos de la medicina convencional.
- “No tienen por qué tardar más en hacer efecto”. Depende del caso pueden ser de efecto tanto o más rápido que las utilizadas por la medicina oficial. Pero como se busca la causa más profunda de la enfermedad y su auténtico saneamiento, a menudo los tratamientos se mantienen aunque desaparezcan los síntomas iniciales. Siguen el proceso que marca el estado de la persona, no un protocolo preestablecido.
- “Hay que tener en cuenta su posible toxicidad”. Tanto en la medicina convencional como en la naturista podemos encontrar remedios tóxicos. En los dos contextos de tratamiento la inocuidad y la eficacia dependerán de cómo los usen los profesionales. Pensar que los tratamientos naturales no tienen ninguna interacción con los fármacos es un error con posibles consecuencias negativas.
- “Hay que tener en cuenta que pueden interaccionar con otros tratamientos”. La mayoría de remedios que se recomiendan desde las terapias naturales y complementarias tienen su origen en las plantas y pueden interaccionar con los fármacos convencionales. Es importante informar a la enfermera y/o el médico de si se está tomando algún remedio con plantas u otros productos, para evitar efectos indeseables.
- “Pueden tener efectos secundarios”. Las terapias complementarias, como las convencionales, pueden tener efectos secundarios, a veces derivados de un mal uso. Además, en el caso de las terapias naturales y complementarias a menudo se confunden “crisis curativas” con efectos secundarios. Dichas “crisis curativas” significan la puesta en marcha de eliminaciones de toxinas por vías fisiológicas, durante las cuales se pueden presentar, por ejemplo, mucosidades o erupciones, que remitirán espontáneamente y con un resultado favorable para la salud de la persona.
- “Hay que valorar si son más caras o no”. En realidad son productos mucho más baratos que los fármacos convencionales. La diferencia es que todavía no están subvencionados por el sistema sanitario oficial, ni se producen a la misma gran escala que dichos fármacos (entre otros motivos). Por otra parte, si estas terapias se utilizaran haciendo prevención seguramente se necesitarían menos a menudo, ya que habría menos enfermedad.
- “Más allá de decir que son cosas de curanderismo”. Como se explica en la historia de estas terapias, si bien son tan antiguas como la humanidad, cada vez más han estado y están siendo investigadas. Hoy en día, de la mayoría, se puede demostrar cuál es su mecanismo de acción así como analizar sus componentes.
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Enlaces de interés
Fuentes de interés general
- Atharva Ayurveda
- Bach Centre
- En movimiento (niños y adolescentes)
- La Sofrologia: Instrumento complementario de los cuidados enfermeros (cat)
- Libros recomendados por la Biblioteca del COIB sobre Terapias Naturales
- Museu de les trementinaires
- Plantas medicinales
Blocs
Bibliografía
Bibliografía consultada
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Bibliografía recomanada
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Mª Teresa Luis Rodrigo
Enfermera. Profesora Emérita de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Barcelona. Se ha interesado desde hace años en el desarrollo y la utilización de las terminologías enfermeras (de diagnósticos, intervenciones y resultados), desde una concepción disciplinar de los cuidados. Conferenciante y ponente en foros de discusión y formación profesional. Autora de Los diagnósticos enfermeros. Revisión crítica y guía práctica (8ª ed., Madrid: Elsevier, 2008) y de De la teoría a la práctica. El pensamiento de Virginia Henderson en el siglo XXI (3ª ed., Barcelona: Masson, 2005), así como de numerosos artículos en distintas revistas científicas.
Hasta diciembre de 2016 formó parte de la dirección científica y disciplinaria de la Infermera virtual y, como tal, ha participado en la elaboración de los conceptos nucleares que guían el contenido de la web, ha asesorado en cuanto a su construcción y en la selección de los temas a abordar, de igual modo, ha colaborado, siempre desde la perspectiva científica y disciplinaria, en la revisión de los contenidos elaborados por los autores y en la revisión final del material elaborado antes de publicarlo en la web.
Gisel Fontanet Cornudella
Máster en educación para la salud (UDL). Postgrado en Enfermería psicosocial y salud mental (UB).
Actualmente es gestora de desarrollo de personas de la Unidad de Gestión del Conocimiento de la Fundación Sanitaria Mollet. Miembro del Consejo Asesor Fundación TICSALUT 2014-2017, del grupo @MWC_nursing, entre otros.
Hasta abril de 2015, ha sido adjunta en la Dirección de Programas del COIB llevando a cargo la dirección y coordinación del proyecto Infermera virtual y hasta diciembre de 2016 la dirección de la elaboración y el mantenimiento de los contenidos de Infermera virtual en lo que a su vertiente estructural y pedagógica se refiere, y como asesora del proyecto. Considera que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) e Internet y, en general, la red 2.0 son un canal de comunicación e interacción con y para los ciudadanos, con un gran potencial para la promoción de la autonomía e independencia de las personas en el control y mejora de su salud, como complemento de la atención presencial y continuidad de los cuidados, puesto que es un medio a través del que la persona poco a poco expresa sus necesidades, deseos o inquietudes. Esta información es primordial para conocer el sujeto de la educación y en el cuidar.
Desde 1998, su actividad profesional se desarrolla en el marco de la promoción y la educación para la salud. Fue coordinadora y enfermera asistencial durante 6 años de la Unidad de educación para la salud en la atención a personas afectadas de un problema de salud crónico del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, donde intercaló de forma pionera la atención presencial y virtual. Ha ido centrando su línea de trabajo en el desarrollo de proyectos en el campo de la tecnología de la información y la comunicación (TIC), en el ámbito de la salud.
Es autora de diversas publicaciones, tanto en el registro escrito como en el audiovisual, y de documentos de opinión referentes a la promoción y educación para la salud. Ha colaborado y ha participado en varias jornadas, espacios de debate y estudios de investigación, entre otros, relacionados con la aplicación de las TIC en el ámbito de la salud. Ha iniciado líneas de trabajo en el marco de la promoción y educación para la salud en la escuela, como contexto de ejercicio de la enfermera. Fué miembro fundador del grupo Innovación y Tecnología del COIB @itcoib.
Carmen Fernández Ferrín
Enfermera. Fué profesora Emérita de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Barcelona.
La Carmen falleció en agosto del 2013 pero su aportación y experiencia enfermera continuaran siempre presentes en la Enfermera virtual.
Fué experta en el modelo conceptual de Virginia Henderson, se interesó por el desarrollo disciplinar de la enfermería, especialmente por todo lo relacionado con la construcción teórica del mismo. Conferenciante y ponente en foros de discusión y formación profesional. Autora de Los diagnósticos enfermeros. Revisión crítica y guía práctica (8ª ed., Madrid: Elsevier, 2008) y de De la teoría a la práctica. El pensamiento de Virginia Henderson en el siglo XXI (3ª ed., Barcelona: Masson, 2005), así como de numerosos artículos.
Formó parte de la dirección científica de la Enfermera virtual y, como tal, participó en la definición de los conceptos nucleares que enmarcan la filosofía de la web, asesoró en la construcción de la misma y en el diseño de la estructura de las fichas. Así mismo, participó en la selección de los temas a abordar, en la revisión, desde el punto de vista disciplinar, de los contenidos elaborados por los autores y en la revisión final del material elaborado antes de su publicación en la web.
Roser Castells Baró
Llicenciada en filologia catalana (UB), màster en escriptura per a la televisió i el cinema (UAB), i postgraduada en reportatge de televisió (UPF). Ha treballat com a lingüista especialitzada en llenguatges tècnics i científics al Centre de Terminologia Termcat, i com a assessora lingüística i traductora a la "Revista de la Reial Acadèmia de Medicina de Catalunya", entre altres entitats. Actualment, compagina l'activitat com a lingüista amb la de guionista. Ha col·laborat en la realització de diversos vídeos didàctics per al COIB.
Elena Saura Portillo
Responsable del Área de Enfermería Medicoquirúrgica – EUI Santa Madrona de la Fundació “la Caixa” (UB). Diplomada en enfermería (1987). Diploma en masaje ayurvédico (Universidad de Pune, India, 2003). Curso de Panchakarma and Ayurvedic Cosmetics en Tilak Ayurveda College (Pune, India, 2003), Curso de masaje ayurvédico (segundo nivel), impartido por el Dr. Powar en Barcelona (2004).
La mayor parte de su experiencia profesional se ha desarrollado en el ámbito asistencial, en unidades de cuidados intensivos, en el Hospital Universitario del Sagrat Cor y en el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol.
Montserrat Bayego i Salvador
Enfermera liberal en centro propio y docente colaboradora en diversas instituciones. Diplomada universitaria en enfermería (EUI Santa Madrona – UB); especialidad, pediatría (Hospital Clínic de Barcelona) y comadrona (Maternitat, Hospital Provincial de Barcelona). Diplomada universitaria en fisioterapia (Hospital de la Santa Creu i Sant Pau – UAB). Licenciada en antropología social y cultural (UB). Enfermera liberal del Centro de Asesoramiento de Barcelona. Profesora colaboradora del Postgrado en terapias naturales (EUI Santa Madrona – UB, Colegio Oficial de Enfermería de Barcelona y en otras instituciones).