Consejos de la enfermera

Respirar
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Es esencial para la persona con una infección de transmisión sexual, así como para cualquier persona con o sin trastornos de salud, garantizar una buena oxigenación del cuerpo mediante una respiración adecuada.

Un buen control de la respiración favorecerá el mantenimiento de la salud y el bienestar físico y psicoemocional y, en consecuencia, ayudará a controlar y gestionar un factor siempre perjudicial para cualquier estado de salud: el estrés. Hay personas con algunas infecciones de transmisión sexual, especialmente en las etapas iniciales de aceptación del trastorno, que pueden presentar estrés y ansiedad, a menudo asociados al estigma que las acompaña, como por ejemplo con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

 

Una respiración profunda y regular asegurará una buena oxigenación de todas las células del cuerpo y ayudará a la relajación. Asimismo, la respiración superficial no asegurará un suministro suficiente de oxígeno, entre otros, al sistema nervioso, y favorecerá la ansiedad y la irritabilidad.

El tabaco es un hábito tóxico que perjudica gravemente la salud en todos los casos, y por eso será importante evitar fumar, y en el caso de que se presente esta adicción, será recomendable pedir ayuda a la enfermera o al médico de su centro de salud de referencia. Existen programas de deshabituación que ayudan a llevar a cabo este proceso, con apoyo psicológico o con tratamiento farmacológico, entre otros.

Se recomienda tener en cuenta todos los consejos generales que permitirán adoptar medidas saludables en relación con la actividad de la vida diaria de:

Respirar

 

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Comer y beber
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Es importante seguir una dieta saludable y equilibrada para garantizar un aporte adecuado de nutrientes y controlar, en su caso, un posible aumento de peso por encima del recomendado que, en cualquier caso, podría resultar perjudicial.

Algunos de los tratamientos utilizados en algunas de las infecciones de transmisión sexual a veces pueden provocar efectos adversos relacionados con la pérdida del apetito, la mala digestión o las alteraciones gastrointestinales, como diarrea o náuseas. En este caso, se recomienda consultar con su enfermera, su médico o su especialista.

La dieta que debe seguir la persona con una infección de transmisión sexual debe seguir las pautas de una dieta saludable recomendadas para el resto de la población. Es decir, una alimentación suficiente para satisfacer las necesidades de cada edad y de cada situación de salud, adaptada al estilo de vida y al ritmo de las actividades, variada y placentera.

 

En este sentido, se aconseja:

  • Seguir una dieta saludable para satisfacer las necesidades de cada edad y cada situación de salud, adaptada al estilo de vida y en función de la actividad física.
  • Mantener el peso corporal recomendado. En caso de sobrepeso, es recomendable evitar seguir dietas de adelgazamiento drásticas sin ningún tipo de control de salud. Y también es recomendable seguir una rutina de ejercicios adecuada o, en su caso, una pauta específica en el caso de personas que lo requieran por su estado de salud o por indicación expresa.
  • Seguir una dieta rica en fibra (frutas, verduras y cereales), baja en grasas y moderada en azúcares y sal, y priorizar la ingesta de pescado frente al consumo de carne.
  • En el caso de alteraciones en el tracto intestinal, secundarias a la toma de antibióticos o antivirales, ya sea estreñimiento o diarrea, se recomienda seguir una dieta rica en probióticos.
  • Abstenerse del consumo de bebidas alcohólicas, especialmente si el tratamiento lo contraindica.
  • Evitar el consumo excesivo de bebidas carbonatadas, con cafeína o que contengan teína.
  • Ingerir líquidos, preferiblemente agua, en una cantidad no inferior a un litro y medio diario (cantidad que debe aumentarse en días cálidos, pero sin exceder los tres litros por día). El consumo excesivo de líquidos produce un aumento de la función renal que, si se mantiene durante un tiempo, puede alterar el equilibrio electrolítico y provocar pérdidas excesivas de sustancias químicas esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
  • Buscar, siempre que se considere necesario, el consejo o asesoramiento del equipo de salud.

Se recomienda tener en cuenta todos los consejos generales que permitirán adoptar medidas saludables en relación con la actividad de la vida diaria de:

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Moverse y mantener una postura corporal correcta
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Realizar actividad física es beneficioso para la salud, tanto física como psicoemocional e incluso social. La actividad física mejora la función cardíaca, contribuye a evitar el sobrepeso y el aumento de la grasa corporal y mejora el estado de ánimo, aumenta la autoestima, mejora la gestión del estrés y disminuye la ansiedad y la depresión. Por otro lado, realizar actividad física en grupo contribuye a una mejor aceptación y autoconcepto y ayuda a aumentar la autoestima.

Es recomendable realizar la actividad física que mejor se adapte a la situación de salud de cada persona y solicitar, siempre que se considere necesario, el consejo o asesoramiento del equipo de salud.

 

Es importante que cada persona elija el tipo de ejercicio que más le guste y que mejor se adapte a sus necesidades. Lo ideal es combinar ejercicio aeróbico y ejercicios de fuerza o tonificación.

  • Ejercicio aeróbico diario. Caminar, nadar, bailar, jugar al tenis o montar en bicicleta (estática o de paseo) durante unos 30 minutos.
  • Ejercicios de fuerza o tonificación en días alternos, para proporcionar resistencia. Se pueden levantar pesas o practicar con gomas elásticas o pelotas de gomaespuma, etc. para lograr un buen tono muscular sin fatigarse. Es preferible hacer muchas repeticiones de los ejercicios que utilizar mucha resistencia.
  • Ejercicios como el yoga, el taichi o el método pilates ayudan a controlar el cuerpo con la mente y a relajarse mediante la respiración. Los ejercicios de relajación y los estiramientos de toda la musculatura previenen o mejoran el dolor producido por las contracturas, el estrés o la ansiedad.

Se deben realizar siempre ejercicios de calentamiento antes de iniciar la actividad física y ejercicios de estiramiento una vez finalizada. También es recomendable utilizar el material necesario y utilizar calzado y ropa cómodos y adecuados para la actividad que se va a realizar.

Puede ser interesante acudir a un gimnasio o a un centro deportivo, si es posible, donde monitores especialistas dirigirán y guiarán en función de las aficiones y necesidades de la persona interesada, y la ayudarán a planificar el tipo, la intensidad, la frecuencia y la duración de la actividad física. También puede ser bueno vincularse con centros que organicen actividades ocupacionales o lúdicas, como cursos de taichi o yoga, excursiones e itinerarios turísticos, clases de baile, etc. También se puede hacer ejercicio en los parques de la población, donde a menudo se ofrecen rutas para caminar, canchas deportivas o equipos para hacer ejercicio.

El mejor momento para hacer ejercicio es cuando la persona se siente mejor y el resto de las actividades lo permiten. Sin embargo, hacer ejercicio por la mañana ayuda al metabolismo a ponerse en marcha y acelera el proceso de quema de grasas, que permanece activo en las horas siguientes a la práctica del ejercicio. Además, proporciona energía, activa la circulación y prepara a la persona para afrontar las actividades diarias. Programar la actividad física siempre a la misma hora ayuda a establecer un hábito que es más difícil de romper.

También es importante elegir la mejor hora para salir a hacer ejercicio: hay que evitar las horas más calurosas en verano y las más frías en invierno. En los días de lluvia o viento es mejor no salir y hacer ejercicios en casa: tonificar las extremidades, hacer ejercicios de relajación y estiramientos, etc. Tampoco es recomendable salir después de las comidas.

Otras formas de incorporar el ejercicio físico en el día a día son:

  • Subir y bajar escaleras en lugar de tomar el ascensor.
  • Desplazarse en bicicleta o caminando.
  • Ir a bailar.
  • Practicar un deporte de equipo.
  • En el trabajo, en lugar de enviar un correo electrónico o llamar por teléfono, ir caminando para hablar con los compañeros de trabajo.
  • Cambiar la rutina de ejercicios para no aburrirse.
  • Usar una bicicleta estática durante un rato mientras se ve la televisión.
  • Planificar actividades al aire libre con familiares o amigos.

Se recomienda tener en cuenta todos los consejos generales que permitirán adoptar hábitos saludables en relación con la actividad de la vida diaria de:

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Reposar y dormir
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El sueño es un estado de alteración de la conciencia que tiene la función de restaurar la energía de la persona.

El descanso, por otro lado, es un estado de actividad física y mental reducida que hace que la persona se sienta bien y lista para continuar con sus actividades diarias. Así pues, descansar no es solo inactividad, sino que requiere tranquilidad y relajación.

La necesidad de descansar es diferente en cada persona, y cada uno tiene sus rutinas que le ayudan a descansar, como puede ser leer, hacer ejercicios de relajación o pasear.

El descanso es fundamental para mantener un buen estado de salud, ya que ayuda a la persona a sentirse más relajada y tranquila física y mentalmente y a vivir con menos ansiedad.

Un buen descanso nocturno ayuda a mejorar el estado de ánimo durante el día. Dormir mal puede provocar una sensación de cansancio e irritabilidad. Se debería dormir entre 6 y 9 horas, dependiendo de la persona, de la etapa del ciclo vital en la que se encuentre (infancia, adolescencia, edad adulta y vejez) y de las circunstancias de vida. También debe ser de calidad: sin interrupciones y en un entorno favorable.

Si una persona sufre trastornos del sueño, es importante que consulte con el equipo de salud para saber por qué ocurren y cómo solucionarlos. Con frecuencia es un síntoma de otros problemas.

 

Algunas de las infecciones de transmisión sexual, en las etapas iniciales de aceptación del trastorno, pueden provocar estrés y ansiedad, a menudo asociados al estigma que acompaña a algunas de estas, como el VIH, lo que podría condicionar el sueño y el reposo.

  • Para favorecer un buen descanso se recomienda: No acostarse con hambre, comer una cena suave dos horas antes de acostarse y evitar las comidas pesadas con condimentos fuertes.
  • Evitar las sustancias excitantes como el café, el té, las bebidas con cafeína, el mate y las bebidas alcohólicas.
  • Consumir alimentos ricos en:
    • Triptófano (aminoácido esencial para la fabricación de melatonina y serotonina, que son las hormonas que ayudan a conciliar el sueño). Se encuentra en alimentos como el plátano, el pescado azul y las aves, entre otros.
    • Carbohidratos complejos (arroz, pan, patatas, legumbres), ya que estimulan la secreción de insulina, lo que aumenta la disponibilidad de triptófano para formar serotonina.
  • Realizar alguna actividad física durante el día.
  • Darse una ducha o un baño relajantes antes de irse a dormir.
  • Evitar las situaciones estresantes desde el punto de vista emocional, como las discusiones, e intentar no pensar en los problemas o preocupaciones justo antes de irse a dormir. Si se tienen problemas por resolver, es recomendable dedicarles algo de tiempo a lo largo del día.
  • Marcar el horario de sueño como una rutina más: acostarse y levantarse a la misma hora todos los días. Respetar las primeras señales de sueño.
  • Si no se puede conciliar el sueño después de unos 20-30 minutos, levantarse e ir a otra habitación para descansar o realizar alguna actividad relajante hasta que aparezca el sueño. Este paso debe repetirse tantas veces como sea necesario.
  • Si no se tiene insomnio, se pueden tomar siestas de no más de 20 minutos.
  • Procurar unas condiciones favorables, como:
    • Una buena cama (buen somier y colchón de dureza intermedia). Es importante usar una almohada que mantenga la espalda alineada.
    • Habitación cómoda, oscura, sin ruidos y con una temperatura adecuada (entre 18 y 22 °C).

Se recomienda tener en cuenta todos los consejos generales que permitirán adoptar medidas saludables en relación con la actividad de la vida diaria de:

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En las personas con una infección de transmisión sexual (ITS), el patrón de eliminación intestinal no debería verse afectado, pero en algunas de estas, como el herpes genital, las lesiones de la zona genital pueden extenderse por toda la zona perineal o incluso perianal, provocando graves molestias y dolor al evacuar. Por otro lado, algunos de los tratamientos utilizados en algunas ITS a veces pueden provocar efectos adversos relacionados con el patrón de eliminación intestinal, como diarrea o estreñimiento.

Asimismo, puede ocurrir que ciertas ITS que provocan lesiones en todo el tracto urinario, así como lesiones localizadas en los genitales, dificulten la micción, provocando molestias, dolor, alteraciones en la frecuencia o incluso en la capacidad de controlar el esfínter.

La evacuación intestinal está relacionada con la ingesta de alimentos y líquidos y, a menudo, tiene que ver con la forma en que las personas afrontan la ansiedad, la angustia o el estrés.

Si hay cambios en el patrón de deposiciones de la persona con respecto a lo que se considera normal para cada uno, así como alteraciones en la micción o en la frecuencia o presencia de dolor, será necesario consultar al equipo de salud.

 

En este sentido, para todas las personas se aconseja:

  • Procurar que cualquier persona tenga la privacidad necesaria en el momento de ir al baño (evacuar).
  • Extremar las medidas que aseguren las máximas condiciones higiénicas a la hora de usar el baño, especialmente en lugares públicos. Se recomiendan medidas como colocar protectores de plástico en la zona de apoyo del inodoro o limpiarla con toallitas higiénicas.
  • Seguir una dieta saludable para satisfacer las necesidades de cada edad y cada situación de salud, adaptada al estilo de vida y al ritmo de actividades.
  • Mantener una rutina de ejercicios adecuada para la persona con el fin de favorecer un buen patrón de eliminación intestinal.
  • Seguir una dieta rica en fibra (frutas, verduras y cereales), si no hay una contraindicación expresa.
  • En el caso de alteraciones en el tracto intestinal, secundarias a la toma de antibióticos o antivirales, ya sea estreñimiento o diarrea, se recomienda seguir una dieta rica en probióticos.
  • No abusar de las bebidas que irritan la vejiga y tienen un efecto diurético como el café, las coles, el té y el chocolate.
  • No tomar tratamientos (laxantes, antidiarreicos) sin la indicación del profesional de la salud.
  • Si el número de micciones aumenta o aparece incontinencia urinaria, es necesario evaluar la cantidad de líquido ingerido a lo largo del día y garantizar una ingesta de entre un litro y medio y tres litros como máximo. Si aparece incontinencia mientras se duerme (enuresis nocturna), se debe evitar la ingesta de líquidos dos horas antes de acostarse. Si el problema persiste, es necesario consultar con el profesional de la salud.
  • En las mujeres, es importante tener un control y seguimiento de los ciclos menstruales y realizar revisiones ginecológicas periódicas. Cualquier alteración en la duración, frecuencia, cantidad y presencia de dolor, entre otros, de la menstruación debe consultarse con los profesionales de la salud de referencia.
  • Si hay sudoración excesiva, en ocasiones debido a los efectos adversos de algunos medicamentos, se recomienda utilizar ropa de algodón, que favorece la absorción del sudor, y evitar los tejidos sintéticos. Y, por otro lado, es recomendable consultarlo con el profesional de la salud.

 

Se recomienda tener en cuenta todos los consejos generales que permitirán adoptar medidas saludables en relación con la actividad de la vida diaria:

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Evitar peligros y prevenir riesgos
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Para garantizar que la persona con una infección de transmisión sexual (ITS) logre un control óptimo de su situación de salud y el máximo grado de autonomía e independencia en su cuidado, es fundamental que asuma la responsabilidad de la situación y que se implique activamente. Será importante que la persona conozca y trabaje en la prevención de nuevas infecciones relacionadas y de las complicaciones que se deriven de ellas, tanto para la infección en sí como para los tratamientos o para las comorbilidades asociadas.

 

Se aconseja:

  • Realizar las revisiones periódicas indicadas por el equipo de salud.
  • Utilizar fuentes acreditadas de información y apoyo que permitan a la persona, en diferentes situaciones, tomar las mejores decisiones. Asimismo, contrastar con el equipo de salud toda la información obtenida, tanto si genera dudas como si no.
  • Consultar con la enfermera, el médico o el especialista cualquier duda o problema relacionado con el manejo de la infección o los trastornos derivados de ella. Esto ayuda a evitar riesgos innecesarios y a mantenerse al día con los avances.
  • Tener en cuenta los factores y las conductas de riesgo que se pueden evitar en caso de una nueva infección de transmisión sexual o de complicaciones derivadas.
  • Tener en cuenta los factores y conductas de protección que se pueden seguir para permitir un mejor control de la infección o los trastornos derivados, y evitar tanto la coinfección con otras ITS como la transmisión a otras personas.
  • Prestar atención a los indicadores tempranos de la infección de transmisión sexual, a los signos y síntomas, y tomar las medidas recomendadas.
  • Realizar cribados de forma periódica y en función de la propia frecuencia sexual y de la exposición de riesgo de cada persona para detectar posibles nuevas infecciones.
  • Acudir a un centro de atención de urgencias si ha habido una exposición de riesgo.
  • Seguir las indicaciones específicas ante cada tipo de tratamiento. Conocer la medicación que se toma (nombre genérico y comercial), qué acción tiene, cuándo debe tomarse, cuáles son sus efectos secundarios, cuáles son los signos y síntomas que pueden indicar toxicidad y cómo actuar en cada caso.
  • Evitar el consumo de cualquier droga ilegal o alcohol, ya que puede desencadenar o empeorar la evolución de la infección o los trastornos derivados: Además, durante el tratamiento prescrito, el consumo de drogas o alcohol altera el metabolismo (asimilación) del fármaco y puede interferir en su eficacia.
  • Comprobar siempre la fecha de caducidad de los medicamentos.
  • Tomar los medicamentos tal y como los ha prescrito el médico, no modificar la dosis, no modificar los medicamentos indicados y tomarlos en el momento indicado según cada caso.
  • Adoptar todas las medidas que permitan un mejor control de la salud, como solicitar información que pueda ayudar a comprender mejor la infección de transmisión sexual y sus tratamientos en los centros de salud o recurrir a una asociación o un grupo de ayuda mutua. Asimismo, minimizar el riesgo relacionado con las comorbilidades asociadas.
  • Conocer las diferentes circunstancias que pueden ocurrir en cada etapa del ciclo vital, así como en diferentes situaciones de vida.
  • En el caso de que el equipo médico proponga a la persona con una infección de transmisión sexual participar en un ensayo clínico (estudios de investigación que prueban nuevos tratamientos o nuevas combinaciones de tratamientos, con el objetivo de encontrar nuevas formas de tratar las ITS o los trastornos relacionados), se deben hacer todas las preguntas oportunas para disponer de toda la información antes de decidir si se quiere participar o no. El hecho de no desear participar en este tipo de estudio de investigación no significa que no se ofrezca otro tipo de tratamiento.
  • Llevar una vida sexual saludable, protegiéndose de los riesgos de la misma manera que otras personas. Si es necesario utilizar métodos anticonceptivos, se recomiendan especialmente los métodos de barrera, que ayudarán a evitar tanto los embarazos no deseados como las coinfecciones con otras ITS.
  • Considerar y aplicar todos los aspectos que puedan suponer para cada persona una mejora en las interacciones sociales.
  • Seguir los calendarios de vacunación según las indicaciones del Departament de Salut de Catalunya.

 

Se recomienda tener en cuenta todos los consejos generales que permitirán adoptar medidas saludables en relación con la actividad de la vida diaria de:

Evitar peligros y prevenir riesgos 

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Comunicarse e interaccionar socialmente
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Las infecciones de transmisión sexual (ITS), dado que algunas de ellas son crónicas o al menos duraderas, pueden llegar a provocar un aislamiento social, ya sea por la alteración del nivel de autoestima y autoconcepto como por el estigma social que históricamente las acompaña en muchas de las situaciones de vida. Asimismo, no solo afectará a la persona que la padece, sino también a todo su entorno cercano, en función del grado de implicación emocional. Los cambios personales que surgen del propio diagnóstico de la infección o de los signos, síntomas o trastornos de salud derivados, pueden alterar el ritmo de vida personal y las relaciones con los demás.

Para evitar esta situación, se pueden tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

 

  • Vivir la misma vida que hasta el momento del diagnóstico o hasta el momento de la aparición de los signos, síntomas o trastornos de salud derivados, siempre que no existan contraindicaciones médicas ni limitaciones consecuentes, incluidas las actividades de naturaleza social que sean satisfactorias, pero teniendo en cuenta los factores y conductas de riesgo, y especialmente los factores y conductas de protección que se pueden seguir para evitar la coinfección con otras infecciones o la transmisión a otras personas, así como un mejor control de la infección y sus trastornos derivados.
  • Continuar cuidando, e incluso con más atención, la imagen personal como se hacía hasta el diagnóstico o hasta la aparición de los signos o síntomas de la infección, siempre y cuando esto ayude a mantener niveles satisfactorios de autoestima y autoconcepto, ya sea cuidando la apariencia externa o el estilo de vida, siempre de manera saludable.
  • Establecer una buena comunicación con la familia, con los amigos cercanos y especialmente con la pareja, si la hubiera. Poder compartir el diagnóstico, especialmente de las ITS crónicas o de larga duración, cuando se esté listo para hacerlo, ayudará a poder compartir sentimientos, comprender y conocer los miedos y preocupaciones que la persona tiene con el diagnóstico o los trastornos derivados del mismo.
  • Mantener una comunicación adecuada con la pareja, no crear tabúes y resolver conjuntamente los problemas que surjan. El apoyo mutuo es importante para ayudar a controlar los efectos que la situación de salud puede tener en la relación. La relación de pareja puede ser un punto de apoyo fundamental, pero también puede ser una fuente de angustia.
  • La pareja, los hijos, los padres, los hermanos... cada uno enfrentará la enfermedad de una manera diferente.
  • Si aparecen alteraciones en la libido (deseo sexual), así como otros problemas asociados, como el dolor durante las relaciones sexuales o la impotencia sexual, y estos generan preocupación, así como miedo y dudas sobre la forma en que se puede tener relaciones sexuales seguras, será necesario plantearlas al equipo de salud para encontrar las soluciones adecuadas.
  • Si la situación de salud genera sentimientos y pensamientos negativos de incapacidad, tristeza, aislamiento o baja autoestima, se debe comentar al equipo de salud la posibilidad de obtener ayuda psicológica especializada.
  • También puede ser útil buscar apoyo en los grupos y asociaciones de personas que se encuentran en la misma situación de salud.

Se recomienda tener en cuenta todos los consejos generales que permitirán adoptar medidas saludables en relación con la actividad de la vida diaria de:

Comunicarse e interactuar socialmente

 

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Trabajar y divertirse
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La actividad laboral y el ocio son una fuente importante de interacciones sociales, así como para el mantenimiento de la autoestima y el estado emocional, y la persona con una infección de transmisión sexual, especialmente crónica o de larga duración, debería poder integrarlos en su vida diaria con total normalidad.

Como en cualquier otro trastorno de salud, en el momento del diagnóstico, el estado emocional y la capacidad para llevar a cabo determinadas tareas laborales pueden verse afectados temporalmente y puede ser necesaria una baja por enfermedad. Una vez que la situación se haya estabilizado, el desempeño profesional no debería verse afectado y la persona puede continuar realizando su tarea habitual, según el nivel de exigencia y la precisión requerida.

En cuanto a las actividades de ocio, hay muchas opciones que se pueden considerar: ocio en general (cine, teatro, música, crucigramas o lectura, entre otros), actividades manuales, artísticas y culturales (pintura, artesanía, fotografía, punto de cruz, visitas a museos, cocina o juegos de mesa), actividades de socialización (participación en asociaciones), actividades relacionadas con Internet (navegación, chat, foros de discusión o blogs personales) y actividad física (caminar, yoga o taichi, entre otros).

En este sentido, se recomienda a cualquier persona:

 

En el ámbito laboral:
  • Aceptar las situaciones que no se pueden cambiar. Ser positivo.
  • Aprender a decir «no». En ocasiones hay situaciones en el ámbito laboral que superan las responsabilidades, o incluso las capacidades propias del puesto de trabajo que se desarrolla, y por temor a lo que puedan opinar los compañeros o superiores, o simplemente por obediencia, se llevan a cabo tareas que no corresponden y que aumentan el nivel de estrés. Es importante saber establecer límites en este sentido.
  • Evitar en la medida de lo posible las situaciones desagradables o que generen conflictos.
  • Tomarse el tiempo necesario para realizar cada actividad sin sentirse presionado para terminarla.
  • Compaginar las visitas al equipo de salud con las tareas y el horario laboral, como cualquier otra persona afectada por otro trastorno (se puede presentar un justificante para la empresa emitido por el centro de salud especializado), a fin de garantizar el correcto cumplimiento de las visitas programadas.
  • Si es necesario, se puede valorar la posibilidad de tramitar, en su caso, el reconocimiento del grado de invalidez y discapacidad a través del equipo de salud, en particular de Trabajo Social, para disfrutar de las garantías que ofrece el reconocimiento. Por ejemplo, para el trabajador poder solicitar sin inconvenientes horas laborales para acudir al centro de salud, y para el empleador ciertos beneficios fiscales al tener en plantilla a un trabajador con este reconocimiento.
  • Gestionar la baja laboral, en su caso y si así lo recomienda el médico o especialista.
En el ámbito del ocio:
  • Mantener actividades sociales para evitar el aislamiento. Es importante participar en la organización de eventos familiares (fiestas, cumpleaños, etc.) en la medida en que la situación de salud lo permita.
  • Practicar aficiones que realmente le interesen, como manualidades, pintura, cocina, música, lectura o actividades relacionadas con Internet, así como aquellas que impliquen contacto social, como deportes, clases de idiomas, clubes de lectura, clases de baile, etc.
  • Evitar tomar bebidas alcohólicas, por ejemplo, en eventos sociales. La idea de que beber alcohol facilita el establecimiento de conversaciones y mejora las relaciones sociales es errónea. De hecho, influye negativamente.
  • Planificar y comunicar al equipo de salud, con suficiente antelación, las actividades de ocio consideradas más complejas, como viajar, si se toman medicamentos dispensados directamente en la farmacia del hospital. Se recomienda acceder a fuentes de información acreditadas (con rigor) que permitan planificar las medidas necesarias para controlar la salud (por ejemplo, hacer una valoración de la medicación que se esté tomando con las vacunas que pueden recomendarse para el viaje).
  • Llevar el informe médico y la tarjeta sanitaria, así como la medicación habitual en el equipaje de mano para que, en caso de retrasos o pérdida del equipaje, la persona tenga suficiente medicación disponible para todos los días del viaje.
  • Averiguar qué centros de salud están más cerca del lugar de destino.
  • Buscar, siempre que se considere necesario, el consejo o asesoramiento del equipo de salud.

Se recomienda tener en cuenta todos los consejos generales, que permitirán adoptar medidas saludables en relación con la actividad de la vida diaria de:

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Tópicos y conductas erroneas
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El virus de la inmunodeficiencia solo lo tienen los «drogadictos», las «prostitutas» y los «maricones»: este tópico no solo es LGBTfóbico, sexista y estigmatizante, sino que no es cierto, ya que cualquier persona sexualmente activa puede exponerse a él si no usa protección.

No se deben compartir cubiertos, vasos ni utensilios de cocina con una persona infectada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH): el VIH no se transmite a través de la saliva, por lo tanto, todo lo que no implique el intercambio de sangre o fluidos sexuales se puede compartir.

La hepatitis B se convierte en hepatitis C: los virus de la hepatitis vírica no se convierten los unos en los otros. Son virus independientes, cada uno con sus vías de transmisión.

El virus de la hepatitis C no se transmite por vía sexual, sino solo sanguínea: es cierto, pero se incluye en las infecciones de transmisión sexual porque durante las relaciones sexuales puede haber transmisión sanguínea debido a lesiones en las mucosas genitales.

Los métodos de barrera solo son importantes para no quedarse embarazada: los métodos de barrera, además de evitar los embarazos no deseados, sobre todo protegen contra las infecciones de transmisión sexual.

Con el sexo oral no se transmiten las infecciones de transmisión sexual (ITS): no es cierto. Algunas ITS también se transmiten a través del sexo oral, aunque el riesgo puede ser menor.

Los piojos del cabello son lo mismo que las ladillas: los piojos del cabello y las ladillas púbicas son especies diferentes con diferentes localizaciones.

Por una vez que no se utilice el preservativo, no pasa nada: esto no es cierto, ya que una sola vez es suficiente para la transmisión de una infección de transmisión sexual.

Soy un hombre, no tengo nada que ver con el virus del papiloma: los hombres pueden ser transmisores del virus del papiloma humano, aunque solo las mujeres desarrollan cáncer de cuello uterino.

La «ruleta rusa sexual» del chemsex: más que un tópico, es una leyenda urbana que no se sabe si es real o no, y es difícil llegar a saberlo, ya que existe el fenómeno de la «ruleta sexual» en el entorno de las fiestas o maratones de chemsex (sexo químico). En estas orgías, las personas que asisten consumen grandes cantidades de diversas drogas durante horas y mantienen relaciones sexuales con otras personas, posiblemente sin protección, y en las que el riesgo de transmisión es altísimo. Es posible que haya personas que acudan con conocimiento o no de que tienen una infección de transmisión sexual (ITS) curable o crónica. También hay personas que acuden sabiendo que pueden contraerlas, pero no priorizan la salud y utilizan sistemáticamente métodos de prevención postexposición, es decir, prefieren tratar la infección después de contraerla (en el caso de que sea curable). Esto los pone en un riesgo muy alto de infección.

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Última modificación: 09/07/24 19:06h

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